En el pequeño pueblo costero de Potter´s Bluff, es encontrado un hombre moribundo gravemente quemado, luego de sufrir lo que en apariencia parece ser un accidente automovilístico. El sheriff del pueblo, Dan Gillis (James Farentino), sospecha que se trata de un intento de asesinato, especialmente luego de encontrar el cuerpo mutilado de un pescador. Cuando los cuerpos se comienzan a apilar, será responsabilidad de Gillis descubrir que es lo que se esconde tras los sangrientos asesinatos ocurridos en lo que en apariencia parecía ser una localidad tranquila.
Originalmente concebida (y filmada) como una comedia negra, “Dead & Buried” se terminó convirtiendo en una cinta de terror increíblemente efectiva cuyo retorcido sentido del humor terminó transformándola en un film de culto. La verdad es que su director Gary Sherman, quien se hiciese conocido en la década del setenta por la efectiva película de terror, “Death Line” (1972), tuvo una serie de problemas con la compañía de producción PSO International, quien se encargó de financiar el film. Mientras que Sherman quería enfatizar las situaciones de comedía negra que presentaba la historia, los ejecutivos de la PSO pensaban que era más importante que la cinta presentara altas dosis de violencia gráfica. Para que dichas escenas fuesen más impactantes, los productores contrataron al reconocido creador de efectos especiales, Stan Winston, quien seis años después ganaría un premio Oscar por su trabajo en la cinta “Aliens” (1986). Las desavenencias entre los productores y Sherman provocaron que la cinta fuese reeditada en múltiples ocasiones, lo que finalmente terminó provocando algunos errores de continuidad, y que la visión original del director fuese parcialmente opacada por las presiones de los productores.
El guión escrito por Dan O´Bannon y Ronald Shusset nos sitúa en Potter´s Bluff, un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra donde todo el mundo sabe tu nombre, donde la mayoría de las actividades cotidianas se llevan a cabo en la calle principal del lugar, y donde es bastante probable que te encuentres con personajes bastante curiosos. Lamentablemente, si eres un extraño, también es bastante probable que en este tranquilo pueblo encuentres tu muerte de forma prematura. La película comienza con el cruento asesinato de un fotógrafo que estaba de paso en el pueblo, el cual es salvajemente quemado vivo por un grupo de enardecidos pueblerinos. Aunque los asesinos se encargan de plantar el cuerpo del moribundo fotógrafo en un auto para que parezca que ha sufrido un desafortunado accidente, el sheriff Dan Gillis tiene la sensación de que las piezas no encajan. Sus sospechas se acrecentarán cuando al poco tiempo después encuentre el cuerpo de un pescador cuyo rostro ha sido completamente desfigurado. ¿Qué se esconde tras estos asesinatos? y ¿Quién es la mente maestra tras estos crímenes? son algunas de las interrogantes que tanto Gillis como nosotros intentaremos responder durante el transcurso de la historia.
La historia presenta una serie de aciertos que convierten a “Dead & Buried” en una cinta interesante. No sólo O´Bannon y Shusset se encargan de construir un relato de terror/misterio repleto de vueltas de tuerca, cuyo desenlace resulta bastante difícil de adivinar, sino que además el film presenta una serie de elementos que referencian a dos de las cintas más influyentes del cine de terror británico (y del cine de terror en general); “Peeping Tom” (1960) y “The Wicker Man” (1973). Por ejemplo, el grupo de asesinos al igual que el protagonista de “Peeping Tom”, se encarga de fotografiar a sus víctimas segundos antes de asesinarlas (el motivo de dicho accionar sólo será revelado en el tramo final de la cinta). Por otro lado, la película presenta algunos paralelos con “The Wicker Man” debido a que nos encontramos con un protagonista que actúa del lado de la ley, el cual debe investigar una serie de extraños acontecimientos que transcurren en un olvidado pueblo costero, cuyos habitantes esconden un oscuro secreto.
Si bien la historia de por sí es sólida, es la dirección de Sherman la que ayuda en gran medida a que se mantenga el suspenso durante todo el transcurso del film. El director se encarga de imprimirle una atmósfera paranoica al relato, señalando a todos los habitantes de Potter´s Bluff como posibles conspiradores de la ola de asesinatos, al mismo tiempo que transmite la idea de que nadie está libre de convertirse en una nueva víctima. En ese sentido, Sherman conoce el valor del suspenso clásico y sabe que muchas veces no es necesario mostrar violencia gráfica para aumentar los niveles de tensión. De hecho, muchos de los momentos más efectivos de la cinta carecen por completo de violencia. Sin embargo, el director de todas formas utiliza algunas esporádicas escenas gore para aumentar la tensión del film. Como mencioné anteriormente, es Dan Gillis quien está a cargo de descubrir el enigma que se esconde en el pueblo. El hecho de que nosotros tengamos acceso a más información que él, inevitablemente nos hace temer constantemente por su vida. Desde el punto de vista del espectador, el sheriff Gillis no debería continuar con la investigación. Sin embargo, desde la perspectiva del protagonista, la investigación debe continuar sin importar el peligro que esta involucre ya que gradualmente se ha convertido en algo personal para él.
En el ámbito de las actuaciones, nos encontramos con que en general el elenco realiza un trabajo bastante discreto. Pese a que James Farentino tiende a sobreactuar por momentos, de todas formas logra realizar proyectar la evolución de su personaje, que pasa de ser un amigable sheriff a un hombre al borde del colapso nervioso que hará todo lo que esté a su alcance para develar el horrendo secreto que se esconde en Potter´s Bluff. Es Jack Albertson, que interpreta al excéntrico forense del pueblo, quien más se destaca por su actuación. Pese a que su personaje ayuda al protagonista en su investigación, es su obsesión con los muertos lo que inevitable provoca que el espectador desconfié de él. Interpretando un rol secundario nos encontramos con Robert Englund, quien un par de años después alcanzaría la fama gracias a su interpretación de Freddy Krueger en la clásica, “A Nightmare on Elm Street” (1984). Por otro lado, la banda sonora compuesta por Joe Renzetti si bien dista de ser memorable, resulta ser bastante efectiva a la hora de aumentar la tensión de algunas escenas. El trabajo de fotografía de Steven Poster por su parte, denota cierta preocupación por retratar a Potter´s Bluff como un lugar amenazador pese a su aparente tranquilidad.
Con los años “Dead & Buried” ha adquirido el estatus de film de culto, y la verdad es que no resulta demasiado complicado entender la razón de esto. La gran gracia de esta humilde producción es que cuenta con una historia interesante, que si bien toma “prestados” algunos elementos ya vistos en otras cintas del género, termina siendo un producto completamente original. Además cuenta con una serie de logradísimos efectos especiales y una más que correcta dirección por parte de Gary Sherman, quien se preocupa de que el ritmo narrativo de la cinta no decaiga en ningún momento. Tal vez el único pero que presenta el film, es que su sorpresivo final deja en evidencia algunos agujeros presentes en el guión, al mismo tiempo que deja algunas interrogantes sin contestar. En definitiva, “Dead & Buried” es una pequeña joya que no cuenta con el reconocimiento que merece, debido a que durante la década de los ochenta fueron los slashers los que cautivaron la atención del público ávido de sangre, dejando a cintas como esta en un lamentable segundo plano.
por Fantomas.