Dead ever after / Muerto para siempre – Vampiros Sureños / Sookie Stackhouse #13 (Charlaine Harris)

Publicado el 16 mayo 2013 por Ojolector @elojolector

Sookie Stackhouse has one last adventure in store. Life has taken her from a waitress in Merlotte’s Bar, Bon Temps, to part owner; from social outcast to the heart of her community; from a vampire’s girlfriend to the wife of one of the most powerful vampires in the state. She has survived explosions, revolutions and attempts on her life. Sookie has endured betrayal, heartbreak and grief …and she has emerged a little stronger, and little wiser, every time. But with life comes new trials …The question is, in the end: who will love, who will live, and who will be dead ever after?

[ATENCIÓN: CONTIENE SPOILERS]

Cuando escribí, hace aproximadamente un año, la reseña de Deadlocked, el libro número doce de la Saga Vampiros Sureños (a.k.a Novelas de Sookie Stackhouse) de Charlaine Harris, sabía que estaba asistiendo al final de una muerte anunciada. Por entonces, yo no comía, ni dormía, tan obsesionada que estaba con la saga. Me parecían unos libros increíbles (aún me lo parecen, sobre todo los primeros), y, aunque a partir del libro once la cosa fue decayendo estrepitosamente, yo seguía leyendo y disfrutando con mi obsesión.

Hoy, después de terminar Dead ever after, la decimotercera y última entrega, no soy capaz de precisar si estoy más desencantada ahora que cuando acabé el anterior. Tras finalizar Deadlocked, estaba realmente chafada, deprimida, en shock… porque, aunque la esperanza es lo último que se pierde en estos casos, tras leer sus últimas páginas, era totalmente consciente de que mucho tenían que cambiar las cosas para que la historia llegara a buen puerto. De hecho, en aquella reseña, os hice una especie de predicción al respecto. Quizás me equivoqué en algunos matices pero, a mi pesar, debo admitir, que en líneas generales no anduve muy desencaminada. Era algo así:

Ojalá me equivoque pero, finalmente, Sookie Stackhouse se quedará con Sam Merlotte. Muchas diréis: “¿cómo va a ser eso, si ni siquiera se han acostado, sólo se han dado un par de besos?”. Pues bueno, ya se las arreglará la Harris para trastocar la historia, lamentablemente, en un sólo libro. Igual que Sookie se desvinculó con cierta facilidad de Bill (que se marchó de repente a acostarse con su creadora), Alcide o Quinn, se olvidará, muy a mi pesar, de Eric. Este, después de que Sookie salvara a Sam (algo totalmente inevitable, ¿cómo iba a dejar morir a su mejor amigo?), se marchará con la reina de Oklahoma y desaparecerá. Sookie lo pasará mal, pero siempre estará con su vampiro pagafantas (Bill) y con su mejor amigo (Sam). Una cosa llevará a la otra y, algún día, el cambiante y ella se acostarán. Ella descubrirá el amor verdadero y, al final, se casarán. Bill, el eterno enamorado, accederá sólo para que ella sea feliz. Y para que todas nos cortemos las venas, Eric asistirá a la boda arrepentido (aunque tarde), a observar, desde la lejanía, cómo pierde a su gran amor.

En fin…

Podría empezar esta reseña comentando la gran injusticia que la señora Harris ha cometido en relación a un personaje realmente idolatrado por esta bloguera. No obstante, lo dejaré para el final porque creo que, indiferentemente de que pertenezca o no al TEAMEric, el libro en sí no hay por donde cogerlo. Y eso, ante todo, no debemos olvidarlo; que aunque acabe mal, aunque no lo haga como nos gustaría, Dead ever after es un mal libro, una sinvergonzonería y una tomadura de pelo.

Comencemos pues…

Muchas veces hemos hablado de los errores garrafales que los autores suelen cometer cuando se ponen delante del editor de textos y dicen: ¡Venga, a por el último! Parece que estuvieran pensando en las vacaciones que se van a tomar cuando lo terminen o en las próximas historias que van a abordar, en vez de decirse a ellos mismos: ¿Cómo voy a terminar ésto que he empezado y ha gustado, para que siga gustando y se convierta en algo memorable? Muchas veces es fácil acabar porque, si la serie/saga/trilogía gusta, solo hay que seguir la corriente. Los lectores son sabios, o por lo menos eso creo yo. ¿Por qué llevarles la contraria gratuitamente? ¿Se es más creativo, más moderno, haciendo lo contrario? Desde luego, este razonamiento es cuanto menos absurdo cuando hablamos de la saga Vampiros Sureños, que, volviendo al tópico, no es Crimen y Castigo precisamente en cuanto a nivel de comercialización.

Pues bien, cuando tienen que cerrar una historia, una buena historia, muchas veces los autores que nos han hecho soñar, disfrutar y querer más, aquellos en cuyos libros hemos gastado nuestros sueldos y pagas, se envarbascan de tal manera que la fastidian, y si no que se lo digan a los guionistas de Perdidos.

Las equivocaciones que cometen suelen ser varias, algunas más graves que otras: por ejemplo, no resolviendo todo decentemente; acabando muy apresuradamente (el síndrome upps-se-me-ha-caído-medio-libro-de-camino-a-la-editorial) o terminándolo todo desastrosamente mal por algún motivo ignoto (posiblemente la falta de sexo en el caso de ellos, la menopausia en el caso de ellas). Luego, en el top de los más desastrosos, y como caso aislado, está el de Charlaine Harris. ¿Cuál es el problema? Pues que, simple y llanamente, odia a sus fans, o por lo menos eso parece, y ahora sus fans la odian a ella. ¡Bien por Charlaine! Sin ningún tipo de lógica, este melocotoncito en dulce ha hecho todo lo posible para que una gran parte de sus seguidoras están descontentas, y eso que llevábamos varios libros (años) avisando de que no nos gustaba cómo estaba tomando forma el asunto. Pero bueno, esto lo retomaremos cuando veamos el caso de Eric Northman…

En otro orden de cosas -y como no la conozco personalmente a lo mejor me equivoco de cabo a rabo- creo que Charlaine estaba un poco hasta el gorro de tanto vampiro sureño. Dicen por ahí que quería plantarse en el sexto libro. Quizás las cosas hubieran sido diferentes de haber sido así. ¿Quién sabe? No obstante, por suerte o por desgracia, los libros gustaron, la HBO se interesó por la serie, y todo se desvirtuó. Poderoso caballero es Don Dinero. De hecho, dicen por ahí que Charlaine no le cortó a Bill la cabeza de forma definitiva en los libros porque es un personaje tremendamente importante en la serie. Supongo que esto se debe a que el actor que lo encarna es marido, en la vida real, de Anna Paquin, que interpreta, a su vez, a Sookie. Por lo visto, la buena de Anna no se siente cómoda filmando escenas de cama con otra persona que no sea su marido… desde luego, meterse en la cama con Alexander Skarsgård, tiene que ser durísimo, y si es ya con Joe Manganiello, ni te cuento. Pobre chica. Antes, mejor meterse a fregar escaleras…

Volviendo al libro, hay que decir que Dead ever after sigue la línea de las anteriores más inmediatas entregas de la saga. Es SOPORÍFERO. Como nota de color, a la disección minuciosa de la vida cotidiana de Sookie, se añade el carrusel de personajes que, sin causa justificada en la historia, hacen acto de presencia. Es como si Charlaine hubiera hecho una lista de todos los personajes que siguen en activo y haya ido insertándolos, uno por uno, en la trama (a modo de despedida, quiero suponer). En otra situación podría resultar tierno, en el caso de Dead ever after, contando con que aparte de eso pasa poco más o nada, no deja de ser insultante. Se ve a la legua que es material de relleno porque, entre preparar la cena, limpiar la casa, recoger tomates e ir a trabajar, hay que meter algo para que el libro engorde, ¿no?

Es cuanto menos indignante. Los días se suceden de manera interminable, sin llegar a pasar realmente nada, con Sookie dándole vueltas siempre a lo mismo. Un escritor decente usaría algo denominado elipsis. Sin embargo, Harris se empeña en escribir “El Diario de Sookie Jones”: Querido diario, hoy me he levantado, me le lavado la cara, me he hecho una coleta, me he ido a trabajar, me he tirado a un border collie, y no, ya no me gustan los vampiros. He descubierto que, a lo largo de los trece libros, siempre me la ha traído un poco al fresco las actividades diurnas que Sookie desarrollaba… quitando el tema fae, poco había de interés en esas horas del día. Siempre esperaba a la noche, porque noche significa vampiros. ¡Mi idea del plan perfecto! Pero en este libro, poco vampiro hay, y los que hay salen trasquilados. Por las noches, Sookie se limita a dormir. Muy excitante, ¿verdad?

Por otro lado, está el asunto de que no tienes la sensación de estar leyendo el último libro de una saga de trece entregas. Parece que es un novela de transición, con un argumento pobre y demasiado blandito. Una se espera una buena refriega, mucha gente muerta… algo memorable, en definitiva. Llorar y reír. No sé, algo trascendente y épico. Por ejemplo, he echado en falta un levantamiento de los sheriff buenorros contra las reinas egoístas que quieren hacer de ellos meros títeres… Evidentemente, eso no pasa… Por desgracia…

Por lo demás, el libro tiene dos hits: Cuando Eric y Sookie rompen, y cuando ésta y Sam se lían. El primer momento es desesperante, absurdo e hiriente; el segundo me causó grima. Imaginarme a Sookie retozando con Sam me ha resultado casi igual que si ésta se hubiera acostado con Jason… muy muy raro. Y aparte de eso, poco más hay que contar. Pactos con el diablo que no vienen a cuento, un hada mala que vuelve y punto y final. Decepcionante. ¿Esta es la idea que tiene la señora Harris de un buen final de saga?

Para colmo de los colmos, Harris tiene previsto publicar una especie de epílogo llamado After Dead, que verá la luz en octubre, donde se cuenta un poco como sigue la historia, y se indaga en personajes un tanto olvidados, como Hunter, el sobrino telépata.  Digo yo que cuando Charlaine llegó a la editorial con su “magnífico libro” bajo el brazo, un ser superior le diría: Sweetheart, ¿por qué sumar un epílogo al libro, si podemos venderlo dentro de unos meses como un libro nuevo? Después de la que vas a liar entre tus fans, la gente hará cola por comprarlo a ver si, al final, por una casualidad del destino, el rubio y la rubia terminan juntos. Un razonamiento genial en los tiempos que corren. Charlaine, genio y figura, siempre.
Ah, ¿Que queréis saber qué opino sobre lo que le han hecho a Eric Northman? Tamaña afrenta merece su propio artículo… Estad atentas. Se publicará muy pronto…

PS: Me parece increíble que haya valorado un libro de Charleine Harris con una estrella… ver para creer…