Año: 2014
Duración: 100 min.
País: Noruega
Director: Tommy Wirkola
Guión: Tommy Wirkola, Stig Frode Henriksen, Vegar Hoel
Música: Christian Wibe
Fotografía. Matthew Weston
Reparto: Vegar Hoel, Stig Frode Henriksen, Martin Starr, Ørjan Gamst, Monica Haas, Jocelyn DeBoer
El pútrido coronel Herzog vuelve a la carga, dispuesto a dar caza a Martin, el único superviviente de Dead Snow. La amenaza de los zombis nazis es todavía mayor, pero en esta ocasión las fuerzas aliadas contarán con la ayuda de un comando norteamericano especializado en exterminar muertos vivientes.
La historia mantiene una continuidad muy directa con su predecesora, de hecho, se inicia con un prólogo que resume los acontecimientos más importantes de la primera parte. Un resumen que empalma con la sorprendente premisa de esta secuela, con ‘protagonistas’ inesperados. Personalmente me ha venido muy bien para refrescar mi memoria, ya que la primera parte no la había vuelta a ver desde su proyección en 2009 en el Festival de Sitges.
Cuando ves una película como Dead Snow 2: Red Vs Dead, te das cuenta cuanto has de agradecer a Braindead por existir. Cierto es, que por evolución cinematográfica, seguramente, alguien hubiera hecho algo similar a la película de Peter Jackson, que sirviera de influencia a películas como Dead Snow 2, pero (quizás) no sería lo mismo.
Respetando la tonalidad fílmica y visual de su antecesora, la comedia y el gore sigue siendo el gran elemento predominante y su mayor baza. Pero los excesos visuales se apoderan (todavía más) de la película. Dead Snow 2, va a lo auténtico bonzo, lo que en la primera parte fue una resultona película plagada de escenas gore, aquí se convierte en una gran fiesta de hemoglobina, desmembramientos, explosiones, y puñetazos letales con un ritmo bastante trepidante. Todo un disfrute para el amante del gore más loco.
Tommy Wirkola es consciente del éxito y las buenas vibraciones que causó entre los fans del gore y el terror con la primera parte. En un intento de hacerlo todo más a lo grande y espectacular, en la medida de su ajustado presupuesto de 35 millones de coronas nórdicas, el gore evoluciona y se acerca al subgénero splatter, mucho más cafre y libertino. El cual, sirve de plataforma al cineasta para desmadrarse mucho más sin tener que justificarse.
Sus efectos especiales siguen siendo mayormente artesanales, y combina muy acertadamente con lo digital, sobre todo en los excesos de hemoglobina y algunas escenas concretas bastante difíciles de realizar de forma artesanal con un presupuesto tan ajustado.
El desfase cómico y visual se acrecienta, pero también hay muestras del terror más ‘clásico’, como El diablo metió la mano o Posesión infernal, llevado a su propio terreno. Con una labor realmente destacable en el diseño de producción y maquillaje la película es un festín para el amante de los excesos en el gore.
El protagonismo recae sobre Vergar Hoel, en su papel de Martin, el único superviviente de la primera entrega, que aquí sigue siendo un auténtico superviviente y que sigue su particular cruzada contra Herzog (Ørjan Gamst), el zombi nazi líder, con el que se enfrenta en un mano a mano, nunca mejor dicho. La ausencia de un grupo de personajes que lo acompañen en su particular cruzada con los muertos vivientes, inserta al batallón anti-zombies, un grupo de frikis de lo más carismático y auténticos genios del humor. Si te gustó la primera parte, esta te va a encantar.
Puntuación