Comité Sueco por la Libertad de los Cinco
Un debate de interpelación sobre el caso de los Cinco Cubanos se realizó el pasado 9 de diciembre en el Parlamento sueco. Por segunda vez, el parlamentario del Partido de Izquierda, Torbjörn Björlund, se dirigió al Ministro de Relaciones Exteriores Carl Bildt con la interrogante de si el Gobierno sueco piensa proceder de alguna manera en relación al caso. Durante el desarrollo del debate, Torbjörn Björlund lució en la solapa una cinta amarilla con una insignia que mostraba el logo de los Cinco (diseñado por Gerardo Hernández), y al finalizar el debate, le hizo entrega de la cinta y el broche al Ministro Carl Bildt.
Tal como en el primer debate de interpelación sobre este caso (realizado el 12 de septiembre), la postura defendida por Carl Bildt fue de no tomar medida alguna en relación a los Cinco Cubanos. Reiteró su firme confianza en el sistema jurídico de los EE.UU. Una postura que cuando se trata del caso de los Cinco no es compartida por Wayne Smith, ex jefe de la Sección de Intereses del gobierno estadounidense en La Habana, Ramsey Clark, ex Fiscal General del Estado, o el ex presidente de EE.UU. Jimmy Carter. La postura de Carl Bildt también se contrasta con los juicios emitidos por Amnistía Internacional y el grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU.
Ante los asistentes al debate, titulado Estados Unidos como Estado de derecho y el caso de “los Cinco Cubanos”, Carl Bildt persistió en su arrogancia, la cual está en total concordancia con su tendencia notoria de congraciarse con el poder imperial de EE.UU.
Su interlocutor, Torbjörn Björlund, cuestionó el accionar del gobierno sueco inspirado por la realidad inmediata: el creciente número de revelaciones acerca de cómo EE.UU. actúa en términos de intercepciones en el mundo y las decisiones unilaterales cada vez más evidentes en relación a temas de estado de derecho, derechos humanos, derecho de los pueblos y derecho internacional.
A continuación, compartimos con ustedes algunos de los argumentos expuestos por Torbjörn Björlund:
“En el caso de “los Cinco Cubanos” hay informes tanto de la ONU como de Amnistía Internacional sobre lo acontecido. Son buenos informes, y la crítica es mordaz sobre la forma como EE.UU. ha tratado este caso del punto de vista jurídico. Con la perspectiva actual resulta incluso más importante que nunca ver lo que pasa en EE.UU. en la gestión jurídica interna, y lo que pasa fuera de los EE.UU. en su gestión dirigida a otros países. Todo está interrelacionado, y debe salir a la luz pública.”
“Esta es la esencia: ¿Por qué se reacciona ante los abusos perpetrados por otros países contra sus propios ciudadanos, pero no se reacciona ante los abusos de EE.UU.? Creo que éste es el quid de mi interpelación: ¿Por qué tenemos un Ministro de Relaciones Exteriores y un gobierno que usan anteojeras, e incluso tapones para los oídos, en algunos contextos pero no en otros? ¿Por qué es tan fácil criticar a algunos países, pero no a los EE.UU.? ¿Por qué los EE.UU. son algo tan especial para este gobierno? Se puede especular al respecto… Me gustaría una respuesta de Carl Bildt: ¿Por qué es tan difícil criticar a los EE.UU. cuando se cometen violaciones?”