El debate se inició presentando las visiones contrapuestas que existen sobre la función de los sindicatos: del sindicalismo de las cúpulas de
CCOO y UGT que proponen un "pacto de estado", al sindicalismo de los mineros y los astilleros que no duda en luchar en la calle.Y es que en este contexto de reformas brutales que vivimos cabe preguntarse ¿Es siempre deseable un pacto? ¿Incluso cuando nos están atracando a mano armada? ¿Qué tipo de pacto podríamos esperar de un gobierno como el actual?Así Nines Maestro, ponente del sindicato asambleario de Sanidad, defendió que los sucesivos pactos de estado, desde los pactos de la Moncloa, han sido un retroceso detrás de otro, y que proponer ahora un pacto al gobierno "es una traición de clase". Según el ponente de CCOO, vivimos una situación de emergencia y que hay que arriesgarse a una propuesta de estado. Para Jorge Moruno, sociólogo y trabajador precario, los sindicatos llevan desde el inicio de la crisis esperando "un consenso que nunca llega, porque ha sido roto por las élites. Y los que venimos mascando precariedad y cobrando 700 euros en trabajos que no duran más de tres meses, empezamos a romper ese consenso desde abajo".Sindicalismo mayoritario o luchas "desde la base"
Según la ponente del sindicato asambleario de la Sanidad, en una movilización a veces puede ser bueno pactar; el problema del sindicalismo mayoritario es cómo ha llegado a ligarse con el poder: "El problema de CCOO y UGT es que lo que se ha instaurado es un sindicalismo en el cual las prebendas económicas y de poder por parte de los gobiernos de turno hacen ver a los trabajadores que se están logrando objetivos que nada tiene que ver con sus intereses de clase, sino con el mantenimiento de unas cúpulas sindicales cada vez más ajenas a las condiciones de trabajo de la inmensa mayoría de los trabajadores". Como ejemplo de esta corrupción explica que CCOO ha protestado contra el encarcelamiento de Blesa porque a propuesta de éste el consejo de administración de Bankia había otorgado a CCOO un crédito de 11 millones de euros.
Para el ponente de CCOO el sindicato asambleario de la Sanidad es "corporativo" mientras que el suyo es un "sindicato de clase". Señala que hoy en día los derechos de los trabajadores en muchos casos se dirimen más fuera de las empresas que dentro de ellas, y por ello el sindicato debe participar también en la legislación, "porque al final es calidad de vida, bienestar, educación...".
En este sentido, el ponente de CCOO criticó la excesiva fragmentación del movimiento obrero y llama a la "unidad de acción" de los trabajadores. El historiador anarquista responde que "a mí que se me pida la unidad de acción cuando no se me pregunta a la hora de pactar, que se me pida unidad de acción cuando no tengo capacidad de participar en ninguna de las luchas -en teoría luchas- que se hacen desde las instituciones, y cuando no se me permite participar en ningún aspecto... O sea, cualquiera que haya intentado participar en una asamblea supuestamente abierta donde estéis vosotros encuentra muchísimos problemas... pues no lo puedo aceptar; la unidad de acción tiene que ser desde la base."Precisamente para conocer esta diversidad de puntos de vista en el sindicalismo, se echaba en falta en el debate a algún otro ponente del sindicalismo alternativo, como CGT, SAT, SO, etc. Mientras las posiciones "reformistas" estaban representadas por un ponente de CCOO y uno de UGT, entre los ponentes con posiciones combativas sólo había una sindicalista; el resto participaban en tanto que trabajadores intelectuales (un historiador y dos sociólogos). Un debate que reflejaba también las estructuras patriarcales de nuestra sociedad, con una sola ponente mujer.
Sindicalismo y crecimiento económico de las empresasSe suele observar que la crisis que vivimos no es solamente una crisis financiera sino sobre todo una crisis de sobreproducción, de un modelo económico basado en el productivismo, en el crecimiento continuo y la destrucción del planeta. En este sentido, la ponente del sindicato asambleario de la Sanidad afirmó que el problema de fondo es que "cuando se acepta la competitividad de los empresarios como bien mayor a preservar, y se juega a la política del pacto por abajo -lo que nos puedan dar, lo que podamos conseguir...- sin construir la fuerza de clase de los trabajadores, es cuando se llega a una situación en la que el mal menor es que los sindicatos estén desprestigiados. El mal mayor es que los trabajadores y las trabajadoras estamos enfrentando a una situación dramática, a una ofensiva del gran capital sin precedentes, con una debilidad de capacidad organizativa y de lucha también sin precedentes".Esta pérdida de la capacidad de lucha se debe según el historiador anarquista Francisco Salamanca a que los sindicatos reformistas se han centrado en obtener delegados sindicales en las empresas para poder luego negociar y tener una representación legal en el marco estatal: "ahí se empieza a perder totalmente la capacidad de lucha desde la base. Y ése es el problema, y eso lleva 25 años de evolución. La gente de mi generación no hemos tenido posibilidad de ser representados por un modelo de sindicalismo pensado únicamente para las grandes empresas y para los comités". Pero el problema no se limita a la burocratización de los sindicatos mayoritarios, que se han convertido en un apéndice del Estado. El problema abarca también la inadecuación del modelo sindical al trabajo precario que se ha ido extendiendo en nuestra sociedad: "Me temo que el problema está en que el modelo de sindicato actual está obsoleto; yo llevo trabajando desde los diecinueve años y nunca jamás en mi vida he podido participar en unas elecciones sindicales, porque casualmente se habían firmado unos pactos desde el año 89 por los cuales yo nunca he podido tener contratos que me den la capacidad de votar en unas elecciones sindicales".
No sólo el modelo sindical, sino todo el modelo económico y muchos derechos sociales están basados en el empleo, cuando el empleo precario y explotador que se crea también genera exclusión social. Por eso, según el sociólogo Jorge Moruno, no habría solamente que crear empleo sino también avanzar en derechos sociales desligados del empleo como la renta básica. Y es que si seguimos así, "nos vamos a convertir en una colonia con casinos, y todos peleándonos por ser empleables, para una panda de gurús que nos venden la moto". El programa terminó con la opinión de gente de diversas edades entrevistada por la calle. Parece que lo tienen muy claro: "se supone que los sindicatos están para representarnos a nosotros, no para representar al gobierno".Os dejo ya el vídeo. ¡Que os guste!¿Qué te ha parecido este debate? ¡Deja tus comentarios!