De alguna manera incomprensible nos hemos plantado a finales de noviembre, en pleno Black Friday, periodo prenavideño y, en definitiva, en plena vorágine consumista. Y ya que hay que consumir… pues consumamos libros, ¿no?
Y es que últimamente mi lista de pendientes no deja de crecer. Tengo la sensación de ser como aquel emisario de las películas que se presenta ante el rey con un voluminoso rollo de pergamino que, al ser desenrollado, recorre todo el salón del trono. Y una, que es indecisa y lo quiere leer, ver y hacerlo todo al mismo tiempo, no consigue decidir qué libro elegir para acompañarla los próximos días. Así que he traído mis dudas a los integrantes de El Redondal para que me iluminen son su sabiduría y me cuenten cómo se las arreglan ellos para elegir.
Así que, empecemos por el principio. Contadnos, ¿qué es lo primero en lo que os fijáis a la hora de elegir un libro?
Rubén: En mi caso es un poco un conjunto de cosas que podríamos definir como las sensaciones que me da el libro. Está claro que lo primero que entra por los ojos son la portada, el título y el nombre del autor. Después me leo la sinopsis y con esas cuatro cosas, más otros detalles, me hago una idea de qué me voy a encontrar y las sensaciones que me transmite.
La Eremita: Os vais a reír, pero…. Esa intuición que me falla en muchos aspectos de la vida me funciona maravillosamente a la hora de elegir un libro. Algo indefinible me llama y aún hoy no sé lo que es. Si no hay uno que destaque y algo en mí que me diga ¡quiero leer ese!, pues entonces empiezo por pensar en el género que me apetece leer, veo portada que pueda esclarecerme un poco el subgénero o que me atraiga, sinopsis, precio…
Diana: La portada y el título es lo que primero me entra por los ojos y lo que atrapa mi atención desde el primer momento. Cierto es que si la sinopsis no me convence, la portada se queda en un simple vestido bonito. La sinopsis serían unos ojos relucientes y atractivos, sin los que cualquier carcasa no tendría sentido.
Jessica: Coincido con Diana, en lo que primero me fijo es en la portada. Es el primer impacto visual y si, generalmente, no me llama la atención es difícil que indague sobre algo más. Si la portada capta mi atención, me voy a por la sinopsis y por último, vistazo rápido sobre la cantidad de diálogos que hay en el interior (me gusta que sean muchos; los diálogos hacen la narración más dinámica y me trasladan la sensación de estar ahí, escuchando, sin que nadie me lo cuente).
¿Qué tipo de portada os llama la atención? ¿Habéis descartado libros por su portada? Y si es así, ¿qué les faltaba o sobraba?
Jessica: Me llaman la atención los libros con portadas llamativas, con ilustraciones o imágenes atrayentes o vistosas, de esas que te hacen evocar grandes historias o, cuanto menos, captan tu atención. Lo mismo con los títulos que se salen un poco de la norma, que implican un juego de palabras o que responden a algo llamativo.
Diana: Depende del género literario espero encontrar cierto tipo de portadas, pero en general me atraen las oscuras o las muy mágicas. Puede ser que haya descartado alguno por su portada, aunque para mí crea un tándem con el título. Cuando están en sintonía todo fluye y la lectura apetece. Si la portada y el título no tienen nada que ver me produce una incongruencia y pierdo el interés. Me gustan las portadas que dan pistas sobre la historia y que te desafían a leerla.
La Eremita: Uhm… entra o no entra por los ojos. Colores y diseño atractivos hacen que vaya directa a ellos. Fuego con espadas y flores, imágenes originales o impactantes hacen que vaya de cabeza a ver qué es. Incluso una portada monocolor con sólo el título me atrae como la luz a una polilla. No me llaman aquellas excesivamente gore, excesivamente infantiles, excesivamente adolescentes o portadas de andar por casa.
Rubén: Coincido con La Eremita, a mí me echan para atrás esas portadas genéricas, con ilustraciones reusadas de bancos de imágenes gratuitos que puedes encontrar en muchos blogs o RRSS. Le dan apariencia al libro de falta de personalidad, de ser uno más de un montón, o de falta de ambición del autor. En mi opinión, la portada perfecta es aquella que un lector cualquiera, al acabar de leerlo, la vea y la relacione de forma inequívoca con lo que acaba de leer.
He descartado el oráculo, el tarot y el péndulo para acudir a los sabios de El Redondal y lo primero que me dicen es que me fije en la cara del libro. La verdad es que esperaba algo más profundo al acudir aquí. Pues nada, si esas tenemos fijémonos ahora en lo segundo que miramos todos, en su culo (no me seáis mal pensados, que tenéis la mente muy sucia…) y no estoy hablando de la anatomía del autor sino de la contraportada dónde encontraremos la sinopsis.
¿Os ayudan las sinopsis a elegir el libro? ¿Qué esperáis encontrar en ellas?
Diana: Para mí las sinopsis son vitales. Siempre las leo porque te dan una idea de lo que te espera al leer y me ayuda a decidirme. A veces las portadas no hacen justicia a las historias y merecen ese último pequeño empujón de éxtasis hacia sus mundos internos. Deben revelar lo justo para captar el interés del lector, destacando todo aquello que los amantes de ese tipo de literatura en concreto puedan llegar a disfrutar más. Es una pequeña campaña de marketing, vendiendo la mejor historia jamás contada.
La Eremita: Sí, sí y sí ¿Cómo no hacerlo? Sería como comprar un tarro de mermelada sin saber de qué sabor es y luego resulta que es de ciruela que la detesto con todas mis ganas. Vamos, que es imprescindible. Nunca leo un libro sin leer la sinopsis. Y descarto por sinopsis. Que me indiquen qué voy a leer. Si con pinceladas es suficiente, ok, sin embargo, prefiero que me den pistas del/de los hechos más relevantes. Ojo, solo pistas.
Rubén: Las sinopsis son muy importantes, por supuesto, y casi siempre son el factor decisivo. Los que escribimos sabemos que escribir la sinopsis de un libro es una de las partes más complicadas y delicadas de todo el proceso. Demasiada información, y estaremos echando por tierra parte de nuestro trabajo. Demasiado poca, y puede que el que la lea la encuentre insípida y no le llame la atención. Yo creo que hay que dar unas pinceladas, pero con brocha gorda. Es preferible destripar algún detalle menor de la historia a perder la atención de un posible lector.
Jessica: El primer reclamo para mí es la portada, pero es solo una forma para llegar a lo verdaderamente importante y lo que decidirá, con toda probabilidad, si leo el libro o no: la sinopsis. Para mi la sinopsis perfecta es aquella que no es excesivamente larga pero te deja con la miel en los labios, que te hable de qué vas a encontrar en el libro sin chafarte su lectura y que te dejen intrigados y con ganas de saber más.
Bueno ya tenemos dos grandes puntos en lo que creo que coincidimos la mayoría de los lectores. Pero, yendo a un tercer factor, ¿el nombre del autor os condiciona la próxima lectura?
Diana: Si ya he leído al autor antes y me ha convencido, es posible que vuelva a repetir sin pensar demasiado. Si recomiendan mucho a un autor famoso puede llamarme la atención también, para comprobar si efectivamente tienen razón o es solo una moda. Al final, aprendemos de lo que leemos. En lo que respecta a los autopublicados suelo leer más los libros de personas conocidas o por recomendación, aunque me atrevo con desconocidos sin problema si la historia me llama. Leemos por placer, el nombre del autor no debería condicionarnos a la hora de disfrutar de una buena historia.
La Eremita: Sí, claro que me condiciona, sobre todo para saber qué no leer. Obviamente he intentado leer previamente algo que posiblemente no haya podido tolerar. Añado más: adoro a Stephen King y en estos momentos cualquier libro escrito por él no lo leería por circunstancias personales. Condicionadísima. Si desconozco al autor no es impedimento para que lo lea, no descarto por desconocimiento. Suelo buscar alguna reseñita de colegas blogueros para ver por dónde soplan los vientos. Si encuentro y hay opiniones variadas, leo. Si todas son negativas, descarto. Si no hay, leo. Positivas leo obviamente.
Jessica: Para mí es irrelevante el nombre del autor@. Si un libro me llama, se vendrá a casa lo haya escrito quien lo hay escrito, ya sea un best-seller súper famoso o un autopublicado con su primera novela. De hecho, la mayoría de libros que tengo en casa, entraron en ella sin saber quién los había escrito. Es algo que ni siquiera miro durante la compra.
Sí es cierto que hay libros que te llegan desde la fama o el conocimiento del autor si ya los has leído previamente y puede avalar su lectura, pero si no me resulta llamativo el argumento es difícil que lo lea por más que pueda “adorar” a ese escritor o escritora.
Rubén: Tengo a unos pocos autores en un altar y sé que me puedo fiar de su calidad, aunque eso no quiere decir que me interese todo lo que publican. En el caso de los autopublicados, representan el 75 % de mis lecturas anuales, los trato como a cualquier otro autor. Si no los conozco, su libro me tiene que haber llamado la atención de alguna manera o tengo que haber visto previamente cómo escriben. Me puedo equivocar, por supuesto, y encontrarme con que no me gusta su estilo o que no tiene la calidad mínima. En el peor de los casos cierro el libro y tan amigos.
Se nos han quedado muchas cosas en el tintero, como el precio y como afecta este en la compra de los libros, pero eso tendrá que quedar para otro debate.
Contadnos ¿cómo vais a elegir vuestra próxima lectura? ¿Seguís algún extraño ritual que no hemos mencionado? ¿Lo hacéis a través de las runas, lanzáis una moneda al aire o a través de un servicio de book box?