Debate: Los límites del escritor: ¿don innato, voluntad o perseverancia?

Publicado el 27 octubre 2020 por Pilar Querencia @EremitaLa

Pues otro mes que ha pasado y aquí me tenéis de nuevo poniendo orden en esta panda de… maravillosas y locas, muy locas personas, que no cambiaría por nada del mundo. Creía que al llegar al tercer debate la cosa iba a fluir más y sería más fácil, pues os diré que NO ha sido así. Menos mal que me autobauticé como Ordenadora del caos de El Redondal, así que voy a intentar hacer un poco de magia para darle algo de sentido a todo el copy-paste del chat en el que hemos organizado el debate y la charla escritoril.

Esta vez hablaremos de escritores, de libros y de qué mínimos deberían tener estas obras para que cuando caigan en nuestras manos como lectores no nos sintamos estafados. Nos vamos a centrar sobre todo en los autopublicados porque es el terreno que pisamos cada día y conocemos en profundidad. Pero, por desgracia, este tema no afecta únicamente a los autopublicados, que es lo que la mayoría podríamos pensar. Algunas editoriales tradicionales, de autoediciones o de coediciones, tampoco cumplen estos mínimos. Es de suponer que creen que el lector no es importante y reducen sus costes, sacrificando la corrección y revisión de los manuscritos. ¿De verdad piensan que los lectores somos tontos? En fin, que paren el carrusel que servidora se baja. No sé si os pasa también a vosotros, pero yo cada día entiendo menos al mundo.

Empecemos por el principio. Para vosotros, ¿quién es un escritor? ¿El que escribe o el que pública?

Diana: Ser escritor es una profesión y hay que aprender a serlo. La ejecución requiere un aprendizaje previo, una práctica. La experiencia se gana con el tiempo, pero hay que estar abierto a mejorar. No todos los que escriben son escritores, pero merecen la misma oportunidad. No tienes que publicar para ser escritor, pero es una condición importante para visibilizarte en el mundo literario. Para mí la prueba de fuego empieza cuando publicas, antes es difícil que tú mismo sepas si estás al nivel.

Rubén: Yo aquí veo las dos posturas. Al final creo que puedes ser escritor sin publicar y puedes publicar sin llegar a ser escritor. Al final todo depende del compromiso que tengas con esta profesión. Discrepo de lo que ha dicho Diana en que no creo que publicar sea la única manera de saber tu nivel. Reconozco que no es fácil, pero puedes hacer autocrítica leyendo a otra gente e investigando un poco y buscar consejo y feedback para saber cuándo tu obra está madura como para poder publicarla. Por poner un ejemplo, Sanderson comenzó a publicar cuando llevaba escritas siete u ocho novelas, porque consideraba que no eran suficientemente buenas. Y Sanderson escribe como los ángeles, en eso estamos todos de acuerdo xD. Si yo hubiese publicado la primera versión de La primavera ausente, que lo acabé allá por 2015 o así, el libro sería mucho peor.

¿Son escritores los Youtubers que sacan un libro? Para mí no lo son porque les falta el compromiso mínimo con la profesión y el libro se convierte en un mero producto de marketing. ¿Es escritor el que escribe un libro sin molestarse ni siquiera en saber cuál es la forma correcta de puntuar y representar un diálogo? Probablemente sí, pero sin duda es uno pésimo.  

Jessica: ¿Se puede considerar a toda aquella persona que publique un libro como un escritor? Buf, complicado. Tal vez se pueda considerar un mal escritor si la historia no es buena (algo muy subjetivo) o si está plagada de faltas, carente de una buena estructura en la redacción y en definitiva, no es un buen texto desde parámetros objetivos. Ahora, si consideramos como escritor todo el que escribe, pues independientemente de si publica o no, lo sería.

La Eremita: Escritor es el que escribe. De hecho, me remito El Péndulo de Foucault de Umberto Ecco aunque no pueda hacer spoilers, aquello que resultó ser la nota que encontraron…. quien sepa de lo que hablo tiene la respuesta. Yo puedo publicar mañana una reseña y no soy escritora, pero publico. La escritura es creación, sí, pero bien escrita, valga la redundancia, que mi sobrino en la ESO también escribe redacciones. Recordad que hace un tiempo publiqué la Biblioteca de los Horrores donde os contaba justo eso, lo horrores con los que me habia cruzado en mi afán de leer.

Nuebo acecino en serie suerto. ¡Cuidado!
Mata lentamente haciéndote sangrar por los ojos.

Entonces, como lectores, ¿qué mínimos esperáis encontrar en un libro para considerarlo como tal?

Diana: Como autora siento empatía por otros, me pongo en su situación y puedo entender algunos fallos. Creo que la calidad se mide un poco en todo, cuando fallan la corrección, el estilo, el mensaje… no te apetece seguir leyendo. Cuando las obras no hay por donde cogerlas me parecen más un timo que un esfuerzo verdadero por mejorar. Me gusta que la historia esté bien hilada y sea original, después me fijo en la ortografía y el estilo. Obviamente, todo debería tener un sentido.

Rubén: Mis mínimos:

Más allá de que la historia me guste, que es subjetivo, espero que al menos parezca que se ha intentado corregir. Soy comprensivo con que haya faltas, más en un autopublicado que en un libro de editorial, pero espero ver un esfuerzo por parte del autor por corregir su libro. Si no tengo la impresión de que me está respetando como lector cierro el libro, por muy buena que sea la historia.

Otro mínimo:

Entiendo que el estilo se pule con el tiempo y escribiendo. Los primeros libros tienen un estilo poco maduro que se suele percibir enseguida. No hay problema; todos debemos empezar por algún sitio. Pero si el estilo parece el de un niño de 10 años, si no hay nada que brille en él, nada que se pueda salvar, otra vez lo mismo. Next.

La Eremita: Yo soy exigente: si quieres ser escritor has de saber escribir, lo que implica redactar correctamente y tener una ortografía impoluta. Puedo admitir algunos fallitos que intuya que son fallos de edición, pero no más allá. Para mi un escritor tiene que pasar la prueba del vello, que no es fácil. Cuando alguien escribe que se le pone el bello de punta ya la hemos fastidiado. Puedo empatizar con cierta inmadurez narrativa, pero recalco el “cierta”. De hecho, me agrada cuando noto evolución en la segunda obra de un autor. Me fascina.

Pongo un ejemplo con lo escritores aquí presentes, para los que me seguís ya sabéis que nunca digo algo por decir, que cuando lo digo es porque realmente creo en ello. La narrativa de Diana ha sido madura desde siempre. En cambio, en Jessica, que ya va bien desde principios, llega a cotas increíbles en obras siguientes. Por eso soy fan. Rubén ya presentó una narrativa madura en la Primavera, pero en la Corona era impecable, con una evolución más que notable. Para mí el primer mandamiento de la ley del escritor es: antes de escribir, lee por favor. Lee mucho. Y luego ya escribes si quieres.

Jessica: Más o menos estoy de acuerdo con lo dicho por mis compañeros, pero también me puede la empatía con el escritor. Lo que solicito, como lectora, por encima de cualquier otra circunstancia, es que la historia me atrape y me enamore. Me he dado cuenta de que soy capaz de obviar cosas gordas en la redacción de una novela, pero hay un límite y si llega un punto en el que piensas que no hay derecho y que algunos, deberían pulir antes de lanzarse. Aprendemos escribiendo, está claro, pero hay unos mínimos.

Es cierto que los errores de un autopublicado, quizás, se perdonan un poco más que el de libros editorializados. Es algo lógico porque los segundos pasan, o deberían pasar por unos filtros que lo primeros no lo hacen. Cada uno tiene un umbral de tolerancia diferente, pero todos coincidimos en que hay unos mínimos, que no pueden ser vulnerados. No hay nada peor que abrir un libro y sentirte engañado.

Lo siento, pero alguien te lo tiene que decir: nunca serás un unicornio

  

Personalmente creo que los escritores nacen con una sensibilidad especial para unir letras y hacernos disfrutar con sus creaciones al resto de los mortales. Pero es una predisposición innata hasta cierto punto, para que esta habilidad brille en todo su esplendor, y nos atrapen en sus historias, deberán sacrificarse, crecer, mejorar y evolucionar. Vamos, como todo en la vida, ya sabéis eso de “a dios rogando y con el mazo dando”.

¿Opináis que basta con tener un sueño para poder cumplirlo? ¿Querer ser escritor, te convierte en ello?

Jessica: No, no basta. Tener un sueño puede ponerte en el camino, pero el equipaje y los recursos para empezar a andarlo son cosa de cada uno. A medida que avanzas aprendes, y ese equipaje se hace más rico, aunque no más pesado. Pero si tú único fin es llegar y te da igual cómo o de qué manera, probablemente acabes dándote cuenta de que te faltaban muchas cosas. Querer es poder, pero no por arte de magia, sino de trabajo (mucho), de constancia, de esfuerzo y de un continuo aprendizaje.

Diana: Si nos pasamos la vida soñando con cosas imposibles, nos frustraremos y no avanzaremos porque la magia, aunque no os lo creáis, no existe XD. Por eso, lo ideal es tener sueños alcanzables o posibles y luego trabajarlos como todo en esta vida. Hay que marcarse objetivos porque es la única forma de avanzar y aprender, pero hay muchísimo trabajo detrás y es la única forma real de alcanzar tus sueños. Perseverancia, paciencia y constancia. Querer es poder, siempre que te impliques con el alma y desees mejorar continuamente.

La Eremita: Entiendo lo de querer cumplir los sueños, pero soy firmemente partidaria de aquello de que mi libertad empieza donde acaba la de otro. No quiero leer diarios personales ni redacciones infantiles cuando tomo un libro: quiero perderme en la historia sin distracciones innecesarias. Una mala redacción o una falta son distracciones que me enfadan más allá del límite tolerable.

Rubén: En esto estoy con La Eremita. Lo de cumplir un sueño y escribir está muy bien, tienes derecho. Lo que no tienes derecho es a pretender cobrar y engañar a un lector si no das el nivel para publicar y no te tomas en serio tu “profesión”.

Para aquellos que no estéis metidos en este mundo o no conviváis con escritores quería mostraros esta parcela que no se ve. La cantidad de horas que dedican a escribir, reescribir, revisar, corregir, maquetar y mover las RRSS, es ingente. Sin olvidar que la mayoría también tienen trabajos “mundanos” para poder subsistir. Y familias a las que dedicar parte de su tiempo, claro. A veces nos creemos que escribir un buen libro no es para tanto, pero os aseguro que todas esas horas son horas sin salir de casa, sin quedar con nadie, sin descansar, sin vacaciones y una larga lista de sacrificios que estos chicos hacen para perseguir su sueño y ofrecernos a los demás historias en las que sumergirnos y soñar.

Contadnos, como autores, ¿qué supone querer sacar vuestros proyectos adelante?

Jessica: Estar aquí es un ejercicio de amor a la literatura, siempre lo digo: horas y más horas que le rascas a un tiempo que no tienes. Llega un punto en el que escribes de cualquiera manera, con ruido, con interrupciones, con sueño, enferma. ¡Da igual! Y a eso hay que sumarle las horas de corrección (a las que somos desastrosas se nos nota menos, pero juro que las hay). Luego alguno cuestiona que seas capaz de escribir una novela en X tiempo, pero no piensan en que las horas que ellos pasan haciendo el gamba en redes, de vacaciones, de cenas o de lo que sea, tú te las pasas escribiendo y corrigiendo. Maquetar y todo lo que hay que preparar para la publicación es agotador. He llorado mucho (literalmente) publicando novelas.

Diana: Lo peor para mí es cuando ya he terminado y me enfrento a esa tormenta que he creado casi sin respirar. La corrección, en todos los sentidos, y retocar mil veces lo que no acaba de cuadrar. Maquetar también es un horror. Y no se acaba ahí, porque también corrijo después de la publicación. Es lo mínimo que podemos hacer por los lectores.

Rubén: No hay mucho más que añadir a lo que ya han dicho Jess y Diana. Yo, por mi parte, me he llegado a pasar dos años reescribiendo y corrigiendo una novela xD, debido a mi afán de perfeccionismo y mi miedo a publicar por primera vez. Y con las dos, tras publicarlas, me he pasado casi tres meses sin escribir nada más, tan solo releyéndolas para seguir corrigiendo los fallos o las cosas que no me acababan de convencer. No es necesario llegar a tanto, pero creo que hay que tratar a cada novela como si fuera la última o la única que vas a escribir.

Y hasta aquí el debate de este mes. Como resumen podríamos decir que un escritor se construye a sí mismo a base de horas y horas de trabajo. También subrayar lo importante que es leer mucho antes de publicar, ser autocrítico y respetar a todos aquellos que te leerán en algún momento de su vida.

Y ahora contadnos vuestra opinión sobre el debate de hoy. ¿Tenéis alguna opinión diferente o creéis que nos hemos dejado algo en el tintero?