Una vez que ya hemos matado el papel, ahora toca ver cómo queda el periodismo sin el soporte que durante varias centurias lo ha visto desarrollarse.
En primer lugar, y desde mi punto de vista algo fundamental, viene marcado por los usuarios-lectores-visitantes. Estos días en los que la Prima de Riesgo fluctúa de manera incontrolada, la gente quiere saber si sube o baja, qué consecuencias tiene, y poco más. Por eso, al igual que esto era un motivo para la muerte del papel, creo que es la nueva esencia del periodismo digital.
Antes de entrar en una polémica absurda, debo dejar claro una de las primeras cosas que aprendí cuando me metí en estos mundos digitales. Y es que el periodismo no tiene apellidos. No es no digital ni ciudadano, ni social, ni de datos… El periodismo es bueno o malo, y punto. Por este motivo, no vale excusar al soporte para criticar que el periodismo que se hace en Internet es de menor calidad, aunque ciertamente este debate ya se ha disipado.
No obstante, y como recibí alguna crítica en el texto anterior al no introducir a las publicaciones periódicas dentro del papel, dejo claro que en esta serie de post debo acortar un poco la temática, por lo que solo hablo de información de actualidad. Vamos, a lo que se han dedicado históricamente los periódicos.
Una vez hecha esta aclaración, sí surge un primer problema que todavía hará que papel y soportes digitales convivan por lo menos un lustro: mi padre. Sí, mi padre es el problema. Este buen hombre, que cada vez se abraza más a su etapa dorada de jubilación, es alguien que todavía gusta de informarse, pero por circunstancias lógicas y temporales, ciertos soportes digitales aún no los controla del todo. La cuestión es que como mi padre en España todavía hay millones de personas. Gente que quiere informarse pero que no tiene, o no quiere tener, iPads, smatphone o directamente porque no se siente cómodo delante de un ordenador. Por lo tanto, todavía no se puede pretender que toda la información publicable acabe en Internet.
No obstante, y para no contradecirme con la muerte del papel, es evidente que en el centro de mi argumentación, las necesidades de los usuarios, parece claro que los formatos digitales serán la clave.
Ahora bien, tras intercambio de ideas con la publicación del primer post, algunos hablan de la migración del papel al digital. No creo que ese sea el problema. Es decir, todo es acostumbrase. Esos redactores que antes tenían uno o dos días para escribir un tema, ahora tienen cuatro horas.
Para mí, el problema -el gran problema- es el modelo de negocio publicitario insostenible que ha llevado el sector de la comunicación. Es decir, no se trata de formatos, soportes o maneras de ofrecer la información, que a fin de cuentas, solo son datos, cifras y contextos. Lo importante es hacer viable un modelo de negocio que debe basarse en la Ley de Oferta y Demanda. Aunque este tema lo abordaré más adelante.
Así pues, en un futuro digital, al igual que pasaba con la muerte del papel, parece todo dicho. Una vez que todos los usuarios, sin excepción de los “padres de España”, estén habituados y capacitados para el consumo de información a través de dispositivos móviles y ordenadores domésticos, todo se leerá a través de Internet.
Insisto en la idea de que todo esto es forzado por los usuarios. Necesidad real o no, lo cierto es que la gente, incluso, ya no quiere ni consumir la información desde los PC de mesa. Estamos en la era de la movilidad, donde leo la prensa mientras voy en el autobús, comparto una noticia mientras espero a alguien, o estoy con mi iPad en casa.
Forma de trabajo
Ahora bien, y enlazando con el modo de negocio, otra cuestión distinta es que ahora mismo los mecanismos para conseguir dinero a través de publicidad en Internet se basen prácticamente en la consecución de visitas, y eso provoque publicar más rápido y más contenidos, para obtener más visitas. Esto es un problema que se escapa a la propia concepción del periodismo, que es de lo que trata esta serie de post.
Si no hay un modelo publicitario o de pago que provoque poder trabajar adecuadamente, sino que solo valdrá ser el primero para tener más visitas, entonces el periodismo, tal y como se conceptualiza, habrá muerto. Una vez más, Justin Bieber y Gran Hermano serán los protagonistas. Y una vez más habrá que debatir qué es lo que quieren los usuarios que consumen la información. Análisis sobre lo que sucede en Siria, o fútbol. No se trata de que el periodismo se crea por encima del bien y el mal y diga lo que debe ser noticia. Debe atender a los gustos y necesidades de los lectores y la sociedad.