La Bioética es una ciencia relativamente nueva, pero ya tiene casi 50 años. Una de sus más desconcertantes características es el hecho de que casi todos sus fundadores eran cristianos, pero, al menos en Estados Unidos, la bioética cristiana actual es absolutamente marginal.
Cómo se ha llegado a esto? El relato convencional es que cristianos como Joseph Fletcher y Paul Ramsey (ambos protestantes) o Richard McCormick (católico) eran bastante influyentes en bioética en la década de 1960, en los comités nacionales y ayudaron a redactar informes del gobierno. Sin embargo, como la sociedad se volvió más secular, fueron marginados y sus contribuciones quedaron ignoradas.
Ahora, en una revista bioética católica, Daniel P. Sulmasy , analiza ese abandono. Según él, los protestantes tienden a desconfiar de la razón como medio para llegar a la verdad, mientras que los católicos ven la fe y la razón como las dos alas de la verdad.
Una lectura más razonable de la historia de la bioética es que los defensores de la ley natural como McCormick y Ramsey fueron finalmente rechazados por una secularización progresiva de la bioética, que vio el método que emplean, la ley natural, como inherentemente religioso. Aunque su método no recurrió a argumentos explícitamente religiosos, sus conclusiones eran siempre compatibles con sus compromisos religiosos, por lo que sus puntos de vista (y las de los bioeticistas cristianos que les siguieron) fueron abandonados como inherentemente religioso y, en consecuencia sospechosos para un mundo secular.