Debemos ignorar a nuestros hijos cuando tienen rabietas?

Por Anaperezllinares

Como ya todos sabréis, Dodot en su pagina web, hizo un artículo acerca de como reaccionar ante las rabietas de nuestros hijos. En dicho artículo, se animaba a los padres a ignorar a los pequeños hasta que la rabieta desapareciera.
Respecto a esto, una seguidora me pidió que diera mi opinión y que contara porqué me parece mal este planteamiento. Así que aquí os dejo mi opinión:
Para saber como reaccionar con mi hijo, trato siempre de ponerme en su piel.: me esfuerzo por meterme en su cabecita y de esta manera entender un poquito más porqué reacciona como reacciona. 
Por otro lado, siempre me guío por la premisa de no hacer a mi hijo aquello que no toleraría que me hicieran a mi y trato de evitar hacerle todo aquello que a mi me haría daño. Le considero un igual y por lo tanto, no concibo aplicar con el comportamientos diferentes a los que aplicaría con cualquier adulto.
Partiendo de esta base, no estoy de acuerdo con que la manera de resolver una rabieta sea ignorar a nuestros hijos.
No sé vosotros, pero yo a veces me enfado sin motivo aparente o tengo mis particulares rabietas (creo que todos las tenemos) y si papá mirara hacia otro lado y me ignorara cuando esto pasa, me sentiría francamente mal. Esperamos de aquellos que nos rodean que nos escuchen, que traten de entendernos, que nos consuelen cuando lo pasamos mal. Y sin embargo no nos extraña cuando nos dicen que lo mejor es ignorar a nuestros hijos en determinados momentos que, además, no son fáciles para ellos.
Cuando digo esto, muchos me interpretan de manera errónea y me dicen aquello de que  no podemos consentir que se salgan siempre con la suya, cuando en ningún momento estoy diciendo eso. Como padres, podemos acompañar, apoyar, contener, comprender y respetar, sin que ello implique consentir.
Independientemente de las ideas de cada uno, hay cosas que de ninguna manera podemos permitir a nuestros hijos, bien porque entrañan peligro o por diferentes razones. Por eso sería absurdo fundamentar mi razonamiento en torno a que siempre tenemos que aceptar lo que nos piden.
Al ignorar a nuestros hijos mientras atraviesan una rabieta corremos el riesgo de transmitirles mensajes negativos: que no tenemos en cuenta sus sentimientos y que no les entendemos.
Cuando David tiene una rabieta, trato de comprenderle y de estar disponible para el. De vez en cuando le toco, o trato de acercarme a el, para que sepa que estoy ahí y que, en el momento que quiera, tendrá todos los abrazos que necesite. No le doy lo que quiere (si considero que lo correcto es no dárselo), pero le acompaño y refuerzo su autoestima haciendole entender que sus sentimientos me importan mucho.
Insisto en que para mi, la clave es tratar a nuestros pequeños de la misma manera que nos gustaría que nos trataran a nosotros. Y creo que a nadie le gusta que le ignoren.