¿Debemos olvidar a ETA? ¿Pasar página y ya está? ¿Debo olvidar, que el 15 de enero de 1992, cuando me dirigía a la facultad, pocos minutos después, a escasos 20 o 40 metros de donde yo había pasado, le dispararon un tiro en la nuca a Manuel Broseta, prestigioso y popular Catedrático de Derecho Mercantil, que se dirigía a dar clase (sus libros se estudiaban en la facultad) y que había sido un miembro activo político en la transición y a principios de los 80, representando a UCD como secretario de Estado y Senador, y luchando siempre por la libertad y la democracia, y que en los 90 empezaba a acercarse de nuevo a la política?. De haber sido un asesinato mediante coche bomba, tal vez hasta me hubiese llegado la onda expansiva. ¿Eso lo debo olvidar?. Lo siento, pero yo no puedo.
¿Y debemos olvidar a los casi mil muertos a manos de ETA, unos por defender la libertad y la democracia, políticos de Euskadi y del resto de España, Guardias Civiles, Policías, Militares y otros porque pasaban por allí, por un adoctrinamiento irreal, hasta cierto punto "sectario" que legaliza el asesinato por el bien de una causa que no existe? Lo siento, pero yo no puedo. No puedo olvidar a Miguel Ángel Blanco. Él supuso el punto de inflexión. Pero hubo muchos atentados, muertos y heridos más...
¿Debo olvidar el trágico fin de semana, en que todos los españoles vivimos y sufrimos delante del televisor, o los que se sumaron a marchas multitudinarias casi rogándole a ETA, que le perdonara la vida a un concejal, que simplemente se dedicaba a realizar su trabajo, en pos de la libertad? Se llamaba Miguel Ángel Blanco. Y yo no lo voy a olvidar. Como espero que tampoco lo hagan esos cientos de miles de españoles, algunos millones diría yo, que recuerdan estos hechos perfectamente. Lo siento, pero yo no puedo¿Debo olvidar el atentado de Hipercor, posiblemente la acción más sangrienta en la historia de ETA, perpetrado el 19 de junio de 1987, que acabó con la vida de 21 personas, entre ellas cuatro niños, y causó heridas de distinta gravedad a otras cuarenta y cinco?. Lo siento, pero yo no puedo.
¿Debo olvidar, otro atentado sangriento de ETA, el 14 de julio de 1986, cuando doce agentes de la Guardia Civil fallecieron al estallar un coche bomba en la plaza de la República Dominicana, en Madrid, al paso del autobús en el que viajaban, donde además, más de medio centenar de personas resultaron heridas?. Lo siento, pero yo no puedo.¿Debo olvidar que el 11 de diciembre de 1987, la explosión de un coche bomba por ETA, en la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza se saldó con la muerte de once personas, entre ellas cinco niñas y que este mismo método fue el empleado por ETA para atentar contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic, en Barcelona, el 29 de mayo de 1991, donde nueve personas fallecieron, entre ellas cuatro niñas, y hubo 40 heridos? Lo siento, pero yo no puedo.¿Debo olvidar la explosión en julio de 1979 de dos artefactos en las estaciones de Atocha y Chamartín, en Madrid, que se saldó con la muerte de siete personas, entre ellas un agente de la Policía y otro de la Guardia Civil, así como con un centenar de personas heridas.... y otras siete víctimas registradas al explotar un coche bomba en la calle López de Hoyos de Madrid, esquina con Joaquín Costa, al paso de un vehículo militar camuflado el 21 de junio de 1993, donde la explosión de un coche-bomba de ETA, cargado con 40 kilos de explosivos, acabó con la vida de cinco tenientes coroneles, un sargento y un civil, causó además una treintena de heridos?. Lo siento, pero yo no puedo.¿Debo olvidar a los seis trabajadores civiles de la Armada, que murieron como consecuencia de la explosión de un coche bomba en el barrio de Vallecas (Madrid), el 11 de diciembre de 1995?. Lo siento, pero yo no puedo.¿Debo olvidar, que el el 6 de febrero de 1992, ETA acabó con la vida de cinco militares al hacer explotar un coche bomba cargado con 50 kilos de explosivos en la confluencia de la calle Segovia y la Plaza de la Cruz Verde de Madrid al paso de una furgoneta militar, que trasladaba diariamente personal desde la Capitanía General de la Región Militar Centro, donde fallecieron los cinco militares que viajaban en el furgón: los capitanes del Ejército de Tierra Juan Antonio Núñez, Ramón Navia y Emilio Tejedor, el soldado Francisco Carrillo y el radiotelegrafista Antonio Ricote, y asimismo, resultaron heridas 12 personas, varias de ellas de gravedad?. Lo siento, pero yo no puedo.En los 90, era impensable que cualquier partido político nacional, se sentase en una mesa a pactar lo que fuera con Herri Batasuna, Euskal Herritarrok o Batasuna. De hecho, se consiguió, gracias a una extraordinaria unión entre partidos, la ilegalización de los mismos en 2003. ¿Y ahora se debe olvidar todo y debe decidir Bildu, partido heredero de estos tres, con los mismos "intelectualoides" detrás, lo que debe hacer el gobierno nacional?. Lo siento, pero no lo entiendo. No votaré nunca a nadie, que pacte ni el sentido de circulación de una calle, con BilduReuniones entre el Gobierno y ETA hubo. No soy ingenuo. Los principales partidos españoles. PSOE y PP, con González y Aznar a la cabeza, se asegura que lo hicieron. No hace falta ni comentar la demostrada existencia del terrorismo de Estado, a cuyo nombre se le puso GAL. Pero con una gran diferencia. Los responsables se sentaron ante la justicia y cumplieron sus penas impuestas (con más o menos polémica, no es el caso entrar en eso). Y se condenaron todos sus actos. Los de los dirigentes y las de los sicarios, que pasaron de tener una posición e imagen privilegiada, a ser vilipendiados y con razón.De los herederos de la sangre derramada por ETA, nunca se ha oído una condolencia, una condena, una petición de perdón. Siguen hablando de que fue una guerra, que legitima todos sus actos. Sólo fueron una Panda de asesinos cobardes. Y sus seguidores, los cuatros chavales que aún quedan y seguro que realizan algún tipo de acto vandálico o personal (recordemos Alsasua), y los políticos, que serán seguramente, los familiares o simpatizantes de aquellos brazos ejecutores, es lo único residual que queda de aquel movimiento asesino y cruel, que tanta sangre derramó y tantas lágrimas se vierten todavía. Y por cierto, dijeron estar en proceso de disolución pero nunca entregaron las armas. Luego siguen existiendo. Que no se le olvide a nadie.Si alguien puede olvidar todos estos asesinatos y los que no he mencionado porque la lista es larguísima, y podría hablar de la muerte a manos de ETA de Juan Mateos Pulido, Juan Carlos González Rentero, Juan Catón Vázquez, Vicente Domínguez González y Alberto Amancio Alonso Gómez, así como de los cabos primeros Ángel Retamar Nogales y Arturo López Hernández y los agentes Julio Cesar Castillejo Pérez y Modesto García Lorenzo, pertenecientes al Destacamento de Tráfico de Zarauz (Guipúzcoa), y el vecino de la citada localidad Miguel Lasa Arraubarrena y de cinco agentes de la Guardia Civil, que fallecieron al explotar un coche-bomba cargado con 20 kilos de explosivos, en la confluencia de la calle Juan Bravo con Príncipe de Vergara, en el barrio madrileño de Salamanca, al paso de un vehículo de la Benemérita el 25 de abril de 1986.... que me diga cómo. Porque yo no puedo olvidar. Ni quiero.En el colegio me enseñaron que la historia, se estudia y de ella se aprende. Al menos se debería aprender para no repetir los errores cometidos. Pero está visto, que es imposible. Al menos para el ser humano. Al menos para algunos seres humanos.La fotografía que ilustra esta entrada, la difundió Europa Press, el 8 de diciembre de 1990. En un reportaje del diario información, donde describen los atentados más salvajes y crueles de esta Panda Terrorista, se describe así:"Uno de los atentados más sangrientos que tuvo como objetivo al Cuerpo Nacional de Policía ocurrió lugar el 8 de diciembre de 1990, día de la Inmaculada, en Sabadell (Barcelona) con seis agentes fallecidos y una docena de personas heridas. Los policías Miguel Marcos, Ramón Díaz, Juan José Escuredo, Eduardo Hidalgo, Francisco Pérez y Juan Gómez Salat perdieron la vida y una docena de personas resultaron heridas al hacer explosión un coche bomba al paso de la furgoneta en la que los policías se dirigían a prestar un servicio de vigilancia en el campo de fútbol de la Nova Creu Alta." Descansen en paz, todas las víctimas del terrorismo. ¡Viva la democracia y la libertad!