Tendría que tratar de analizar las elecciones andaluzas y asturianas. Esos comicios en los que, por lo que veo, todos han ganado y todos han perdido (aunque esto último no lo reconoce ningún partido). Es el momento de analizar cómo ha reaccionado el pueblo a los casos de corrupción en Andalucia y mal gobierno en Asturias, analizar la alegría del PSOE tras perder tropecientos escaños. Intentar explicar por qué el PP ha perdido a pesar de ganar en Andalucia cuando tenía una ocasión única para dar un vuelco a la política bajo Despeñaperros (¿puede ser que su política agresiva de recortes y reformas le esté pasando factura?) Pero sobre todo, habría que debatir sobre la enorme cantidad de abstenciones que ha habiado en ambas comunidades. Tal vez la gente esté hasta el gorro de políticos de medio pelo que nos engañan sin ningún tipo de pudor ni sutileza, de un sistema electoral que está claro desde hace tiempo que no funciona, de sentir que son los mismos con distinto collar... De este tema de la abstención no he oído hablar demasiado en ningún medio de comunicación, fijaros que curioso, para mí el dato más relevante y para ellos uno más sin importancia... Podría hablar de todo ello, pero me produce tanta vergüenza y rechazo que no quiero ponerme de mal humor.
Podría hablar del sistema judicial, de cómo últimamente parecen no dar ni una. Del proceso que está juzgando a Urdangarín y parece que ya se ve claro cómo va a acabar la cosa. Podría hablar de los medios de comunicación, de lo mal que está el periodismo en este país...
Podría hablar de tantas y tantas cosas que me está dando una pereza horrible, así que me vuelvo a la cama y me tapo con las sábanas, a ver si cuando me levante se puede hablar de algo más amable y feliz...