Deberíamos ser como los animales…

Por Nuria Zúñiga @TuLupus

Esta mañana he tenido mil llamadas, los WhatsApps imprescindibles (que ya sabéis que no los soporto), mil pensamientos y divagaciones y un infinito pensamiento que no he sido capaz de descifrar hasta que me he topado con este vídeo.

Pena

Siento en estos momentos una pena terrible porque no sé en dónde se ha quedado la humanidad de algunas personas.

Siento rabia porque parece que si no te quejas ni lloras por las esquinas tus semejantes tienen derecho a pensar que su vida es peor que la tuya… y eso parece ser que les da derecho a pisotearte, humillarte y ponerte mil zancadillas cuando se supone que todos trabajamos por un mismo fin, que es el paciente.

Ayer me caí

Los que me seguís por Twitter lo sabéis porque hice una pequeña crónica de mi compra en el hipermercado.

Sí… me da igual decirlo y mucho más hacerlo. Cataplof, el ánimo se va y yo me siento en el suelo porque no me da la vida ni el cuerpo. La vida me dio una gran lección y me hizo pensar en personas que hace tiempo eché de mi vida porque no sólo son malas personas, sino que me estaban haciendo daño. Pero ayer volvieron a mi mente y me hicieron darme cuenta de lo importante que es tratar a la gente con respeto siempre. Es algo tan fácil! No llego a comprender por qué a algunos les es tan complicado.

“No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti”

Si eres egoísta, es así de simple. Pero ni así lo entienden… Y siguen humillando e insultando y hablando a tus espaldas… Preparándote la gran zancadilla en un espectáculo público para que tu caída sea más impresionante si cabe…

No somos animales

Ojalá lo fuéramos. Ojalá tuviéramos esa capacidad que tienen ellos de ayudar al prójimo “porque sí”. Lo hemos visto en mil vídeos . Porque se supone que somos de la misma raza, tenemos los mismos problemas, trabajamos para el mismo colectivo y se supone que con los mismos objetivos.

¿Por qué hay personas que…? No lo entiendo. Simplemente no lo entiendo… Y, sí, el mundo pondrá a cada uno en su lugar, pero mientras eso ocurre hay gente maravillosa que calla y calla y calla y aguanta carros y carretas por culpa de personas indeseables que no comprendo por qué están donde están.

La vida nos enseña…

Siempre. Tan sólo hemos de procurar no aprender las lecciones cuando ya sea tarde.

Seamos animales, os parece? Todos tenemos las mismas necesidades y cada uno lleva su pequeña carga a cuestas, aunque no lo lloremos por las esquinas…

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