"Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer, no será humana", dice Ibsen, el dramaturgo, en una célebre cita. ¿La mujer o los “valores femeninos”? No me he fumado nada: el otro día hablábamos de elaborar un manifiesto personal como oportunidad para articular nuestros valores, aquello que uno cree que es importante. ¿Crees que podríamos asignarles un género?
He aquí uno de los puntos que pienso incluir en mi manifiesto: abrazar mi vulnerabilidad. Hace poco escuchaba a Brené Brown, una investigadora especialista en indagar en lo que subyace tras las conexiones humanas. Su trabajo da pistas muy interesantes sobre las diferencias entre ser débil y ser vulnerable, lo que viene a equivaler, si no entendí mal, con comparar una medusa con un baobab.
La vulnerabilidad, indica Brown, es el punto de partida de la creatividad, de la dicha, la pertenencia, el amor. Sin ella, por mucho que nos empeñemos, no hay nada. La investigadora lanza estas preguntas importantes, sobre las que te propongo reflexionar: ¿Qué ocurre cuando intentas ser invulnerable? ¿Qué es lo que te hace sentir vulnerable?
Día de la Mujer, Ayuntamiento de Burgos (primer premio), por Virginia Pedrero
“Y en el fondo me convencí de que las mujeres no somos únicamente la casta oprimida que se rebela, no somos sólo compañeras en una lucha de liberación (…). Las mujeres pueden ser para las mujeres criaturas de las que una puede fiarse, en quienes se puede confiar, con las que una está bien, con la que una se puede pasar noches tocando flautas, con quienes es divertido bailar, discutir, hacer proyectos y convertirlos en realidad”.
Librería de mujeres de Milán. Extraído por Entredós de la Agenda de las mujeres ‘fotógrafas’.