Decaimiento seriéfilo

Publicado el 31 mayo 2015 por Lya
No me reconozco, estoy aburrida de las series. 
Sí, sí, como lo leéis. 
Bueno, aburrida tampoco, pero es que no hallo ninguna que me emocione. Terminadas The Good Wife, Nashville y The Americans, que son a las que me he dedicado principalmente este año, me enfrento al más doloroso de los eriales. Que no sé qué ver. Tanto es mi desconcierto que ayer, harta ya de divagar y de que nada me erizara el vello, acabé enchufándome el capítulo de Friends en el que Ross se compra los pantalones de cuero, 'The one with the resolutions'. Magno episodio que me arrancó las mismas carcajadas de siempre y me produjo la misma nostalgia no de siempre, pero sí de los últimos años. Qué rápido ha pasado el tiempo y cuánto le debemos muchos a esa serie. Ay. 
Esto no quiere decir que no haya intentado engancharme a alguna nueva pero los resultados han sido bastante decepcionantes. Lo intenté con Daredevil, pero debe ser que no tengo ánimo de superhéroes o que echo demasiado de menos a Agent Carter. También he empezado The Game, que es una de la BBC sobre espías en los años 70. De lo bueno lo mejor, pero qué queréis, no me convence. Pelín lenta y bastante intensa sobre un planteamiento muy sencillo. La terminaré pero... Meh. 

Siguiendo por esta senda del dolor, ayer probé con The Office, la serie británica de Rick Gervais. Y tampoco. En serio, ¿qué me pasa? ¿QUÉ? 
Bueno, como regresó Outlander, decidí que bueno, venga, vale. Y bueno, venga, vale. Los paisajes de las Highlands preciosos, la canción tan bonita como siempre, el prota tan... así también como siempre, y el argumento pues en su línea. También la terminaré, pero desde que me leí el libro he perdido bastante interés por la historia. 
¿Y qué más? Ah, claro, Game of Thrones. Con esta sí, con esta ahí estoy, dándolo todo, hasta el final. Pese a las tropelías de la HBO y pese a que me siguen faltando personajes. Además este año el nivel épico ha bajado, pero es normal. Después de Tormenta de Espadas la historia desciende bastantes puntos en intensidad y, ya lo he dicho varias veces, llega el turno de orear a los personajes, sin sentido ni razón (que sepamos y por ahora). Y eso, claro, en la serie, por mucho que hayan acortado paseos y unido historias (Tyrion meets Daenerys, WTF), se nota. Quiero creer que es una argucia de la mente retorcida (y vaga) de GRR Martin, que tras TODO por lo que nos ha hecho pasar tenía que aburrirnos un poco para llevarnos otra vez al borde del infarto. QUIERO CREER. I AM A WESTEROSI BELIEVER. 
Otra serie con la que pronto voy a volver a estar a tope es The West Wing. El año pasado en verano vi cuatro temporadas y pico y creo que ya es hora de retomarla. La noticia de hoy sobre John Kerry y su caída de la bici me ha recordado uno de los míticos momentos de CJ Cregg con Leo McGarry y, mirad, en mi situación de sequía seriéfila, me lo he tomado como una señal. Vuelve a The West Wing, ella no te fallará. 
Eso sí, si tenéis recomendaciones, todas serán bienvenidas. Necesito volver a ser yo, sobre todo porque, no sé si os lo he dicho, creo que no, primera noticia que tenéis, seguro, ehem: tengo EXAMEN DE INGLÉS en unos días y no puedo tener al oído sin entrenamiento. Lo primero es lo primero. 
Ay.