Especies nuevas en la isla de Alborán
Un ejemplo es el trabajo llevado a cabo en la isla de Alborán. Según los datos aportados por el subdirector de la Fundación Biodiversidad, durante la celebración del seminario, sólo en esa zona del Estrecho se han identificado 675 especies diferentes. De ellas, 13 han resultado probablemente nuevas para la ciencia y se hallan ahora mismo en estudio para confirmarlo. Otras 10 especies representan nuevas citas para el mar Mediterráneo y 193 se citan por primera vez en la plataforma de Alborán.Pero Alborán no es el único caso. En casi todas las áreas de estudio se han encontrado especies que no habían sido localizadas en esas aguas o que son incluso nuevas para la ciencia. Por ejemplo, en el Banco de Galicia, en una de las campañas oceanográficas del Instituto Español de Oceanografía (IEO), se ha encontrado una nueva especie de cangrejo de profundidad (Uroptychus cartesi), un pequeño crustáceo anaranjado y de no más de siete centímetros. Esta especie vive sobre corales y gorgonias, muy comunes en el Banco de Galicia, donde forman unos hábitats muy característicos.Otros de los hallazgos más sorprendentes es la existencia de un complejo y desconocido sistema de cañones tributarios al eje principal del cañón de Avilés; la biodiversidad de los volcanes de fango del golfo de Cádiz (que podría superar las 1.000 especies); los estudios sobre cetáceos que la SECAC está realizando en la zona del sur y oriente de Fuerteventura y Lanzarote y que han revelado que es uno de los lugares más importantes del mundo para los cetáceos o los avances en marcajes de aves marinas con GPS, llevados a cabo por SEO/BirdLife.Precisamente, esta organización ha aportado datos de suma importancia respecto a las aves gracias a un trabajo anterior, el Proyecto LIFE de IBA Marinas (Áreas Importantes para la Conservación de las Aves Marinas en España), que concluyó en 2009 con la presentación del primer inventario nacional completo de estas áreas de interés, como recuerda Pep Arcos, responsable de la campaña marina de la organización científica y conservacionista.Para Josep Maria Gili, del Instituto Español de Oceanografía, que ha trabajado especialmente en la zona del Cabo de Creus, ha sido una gran novedad poder estudiar en profundidad el medio marino con las mejores tecnologías disponibles, métodos como los submarinos de control remoto o los diversos sistemas de prospección electrónicos que no son intrusivos y no dañan los espacios de estudio, algunos de ellos sumamente sensibles. Según Gili, ha sido “fascinante” encontrar tantas sorpresas incluso en un mar tan conocido como el Mediterráneo.En el Cabo de Creus, se han catalogado 3.000 especies, casi la tercera parte de las conocidas en todo el Mediterráneo, y se han encontrado especies no descritas que, además de ser nuevas, han resultado ser “superabundantes”, afirma Gili. Para el científico del IEO esto ha sido una demostración de lo mucho que se ignora del mar y, también, una especie de cura de humildad: Durante las campañas, ocurrió a menudo que los oceanógrafos obtenían una muestra de un especimen que parecía ser totalmente nuevo para la ciencia y, al verlo, los pescadores decían conocerlo y hasta aportaban el nombre popular con que lo designaban.La protección completa, hacia 2020
Tras las selección de los espacios de más valor viene ahora su declaración legal como espacios protegidos, que llevará un cierto tiempo. A finales de 2013 estará terminada el proceso de estudio de los impactos socieconómicos y el proceso de consulta y participación con los interesados, indicó Javier Pantoja, jefe del Área de Biodiversidad Marina del MAGRAMA.Para finales del año debería llevarse a cabo la propuesta de declaración de lugares por parte del Ministerio. Posteriormente, la Comisión Europea tendrá hasta dos años para incluir los espacios propuestos por España en los listados europeos. Pero la protección efectiva no sera posible hasta que cada espacio no sea declarado como Zona de Especial Conservación (ZEC), un término que indica que se cuenta con un plan de gestión y conservación.La legislación europea concede un periodo de seis años desde que un espacio es incluido en la Red Natura hasta que cuenta con esas herramientas de gestión, con lo que, realmente, la completa protección de las nuevas áreas marinas protegidas podría llegar hacia 2020.El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, aseguró durante el seminario que la Red Natura 2000 Marina marcará “un hito sin precedentes” y añadió que las medidas de gestión que se adopten serán compatibles con las actividades humanas. “No se trata de prohibir, sino de buscar un uso sostenible de la riqueza”, afirmó.En ese sentido, la directora de la Fundación Biodiversidad, Sonia Castañeda, destacó que uno de los grandes pilares del proyecto es el gran grupo de socios creado, formado por la administración pública, institutos de investigación, entidades conservacionistas y los usuarios del mar, destacando el sector pesquero, imprescindible en esta fase final. Además, Castañeda afirmó que el enfoque de participación y colaboración con el que nació el proyecto debe ser clave para su viabilidad social, técnica y económica.Fuente: elmundo