Decidir que carrera universitaria estudiar, una tarea difícil

Por lo general cuando estudiamos la preparatoria, tenemos una vaga idea de lo que queremos estudiar cuando seamos algo mayores, casi nadie lo sabe a ciencia cierta, pero soñamos con fama, éxito y fortuna.
Los problemas llegan cuando decidimos estudiar algo que en realidad no nos gusta o, influenciados por amistades, familiares o por la realidad social que se vive en ese momento en el país.
México es un país en donde la incertidumbre social y económica nos persigue como fantasmas. No tomamos decisiones adecuadas en nuestras propias inclinaciones, sino en las posibilidades de hacer o no dinero en un futuro, o sea, ganar bien y vivir bien si estudio cierta carrera o, morirme de hambre si elijo la que me gusta.
Tristemente la mayoría de los jóvenes elijen estudiar algo que no les gusta porque piensan que ganar más dinero es mucho más importante que tener salud mental y paz emocional. Los problemas llegan después cuando nuestra mente, cuerpo y voluntad, nos empiezan a jugar malas bromas.
Sobre todo podemos verlo (en el caso de las personas que han elegido una carrera que no les gusta), después de 3 o 5 años, la frustración y la desilusión de vivir una vida casi sin sentido, desemboca en depresiones, angustia y sobre todo indiferencia hacia las cosas, todo esto por el arrepentimiento de no haber hecho lo que debieron, o sea estudiar lo que querían y por sentir que ahora ya es demasiado tarde.
La verdad es que nunca es tarde para estudiar o, realizar las cosas que debimos hacer. La salud y la estabilidad mental son primordiales para poder afrontar el futuro, siendo esto algo que debería motivarnos y debería hacernos luchar para sobrellevar los días.
Es por esto que es sumamente importante que el estudiante de preparatoria que está a punto de estudiar una carrera universitaria, tome las decisiones adecuadas y no tenga miedo de afrontar un fracaso en el futuro, porque o sea, el bienestar económico es importante, pero más importante es el bienestar emocional que una buena decisión nos puede brindar.
Hay que pensar siempre primero en nosotros mismos, después en lo que queremos, finalmente en lo que el futuro podría depararnos. Hay que considerar sobre todo, que se trata de nuestro propio futuro y de nuestra propia vida de la que estamos hablando.