Juan Martorano
Hace un par de días, pudimos conocer la decisión por parte de las autoridades monetarias del país, léase Banco Central de Venezuela (BCV), la “incorporación” en el cono monetario, de tres nuevos billetes, los cuales serán los de más alta denominación (10.000, 20.000 y 50.000 bolívares “soberanos”). El argumento empleado es que esta inclusión permitirá “facilitar” las transacciones financieras en el país.
Si bien nos hemos permitido explicar y defender, de acuerdo a nuestro punto de vista, algunas decisiones y políticas adoptadas por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en el marco de la compleja situación que afronta el país, y en la cual no se pueden hacer análisis lineales, aunque se quisiera. Lamentablemente hay otras decisiones que, por más que se trate de buscarle la vuelta, no se entienden.
Recuerdo muy bien, y asumo mi responsabilidad, he manifestado, y lo reitero, mis fuertes críticas al desempeño del Gabinete Económico. Indudablemente no soy economista, y reconozco mi ignorancia en algunos temas de este delicado ámbito (aunque estoy comenzando a estudiarlos). Pero por los resultados que se han visto, es en base a ellos que me permito opinar.
El 20 de agosto del año 2018, entró en vigencia el denominado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica y Social del país por parte del Ejecutivo Nacional. Este se tradujo, entre diversas medidas adoptadas, en una reconversión monetaria, en la que pasamos de un bolívar fuerte a un bolívar soberano. Esta reconversión vino acompañada de una política de “precios acordados”. Sabemos cuál ha sido el resultado de esta última política.
Indudablemente, esta política de reconversión concatenada con esos “precios acordados” funcionó durante las primeras dos semanas de la implementación del plan. Pero, los evidentes criminales económicos que sin duda hay en el país, supieron mutar y adaptarse a la nueva realidad, a los fines de continuar haciendo daño a nuestra economía y confiscar nuestro poder adquisitivo. Lamentablemente y autocríticamente debemos reconocer que hemos fallado y reconocer que no hemos podido contener esta espiral hiperinflacionaria.
Ciertamente ha habido una manipulación del tipo de cambio, como lo ha señalado la economista Pascualina Curcio, una de las personas más serias y autoridad moral en materia económica que nadie puede negar. Pero si Hugo Chávez estuviera con nosotros, hubiese pedido que alternativas hay para resolver ese problema,o en su defecto, que medidas debería adoptar para minimizar en la medida de lo posible los daños que el actual bloqueo nos está ocasionando, afectando lo menos posible a nuestro pueblo, y en especial a los sectores más vulnerables.
La decisión de incorporar al cono monetario estos nuevos billetes, implican un reconocimiento tácito y la asunción por parte de nuestro Gobierno su derrota ante la Guerra Económica, ya que ahora el billete de más alta denominación es superior al salario mínimo decretado por el propio Ejecutivo Nacional. Con las consecuentes consecuencias que esto traerá a nuestra cotidianidad.
Ya se escucha en las calles los nuevos precios de alimentos, medicamentos, insumos, bienes y servicios producto de esta medida. Ya comenzaremos a observar como en comercios y en el transporte comenzarán, como ya nos tienen acostumbrados, a no aceptar ciertos y determinados billetes, porque así lo imponen las mafias que manejan el efectivo. Comenzaremos también a observar una espiral incontrolable y agravada de la inflación, además de la manipulación del tipo de cambio como arma de guerra que denuncia Curcio.
En mi artículo precedente, advertí y me sume a la hipótesis de guerra molecular que planteó José Negrón Varela a comienzos de este año. Ya el enemigo no es Juan Guaidó (y por eso lo nombro) porque el liderazgo artificial de éste esta desinflado y no tiene incidencia real sobre la movilización de las bases sociales que respaldan a las oposiciones en el país. La preocupación y el verdadero enemigo en estos momentos tiene que ver con el descontento subterráneo y subyacente de la población, producto de los daños que nos han inflingido, producto por una parte del boicot y el bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestro país, pero también, producto de corruptelas e ineficiencias cometidas en la gestión gubernamental y en la afectación psicológica y descomposición moral en la que hemos caído.
A ese escenario de guerra molecular que hemos señalado, hay que sumar esta reciente decisión, que tiene mucho más connotaciones negativas que positivas para el país. Esto porque indudablemente traerá mayores niveles de malestar y descontento de la población, porque será una de las excusas que se empleará para el incremento de los precios.
Esto sin contar, que, aprovechando la reciente apertura de la frontera colombo venezolana entre las poblaciones de Cúcuta (capital del Departamento del Norte de Santander en Colombia y San Antonio del Táchira, en nuestra amada Venezuela) las mafias deben estarse preparando para aplicar el contrabando de extracción de estos nuevos billetes, y tratar de escalar en el tema de la escasez de efectivo en estados fronterizos de países vecinos de Venezuela. Lo mismo aplicaría con Bolívar por la frontera que se comparte con Brasil y Guyana, en Sucre por la frontera marítima con Trinidad, además de los recientes problemas que han habido con recientes naufragios, que esperamos comentar con un poco más de detalle en próximos artículos, y por la fachada norte en las fronteras que compartimos con el ABC del caribe (Aruba, Bonaire y Curazao).
El presidente Nicolás Maduro ha señalado que esperaba un diálogo para el cambio y la rectificación, y como ha sido mi estilo, siempre enmarcado en el respeto a la investidura que hoy ostenta, y a nombre de millones de revolucionarios y revolucionarias que lo seguimos respaldando, le pregunto: ¿Que está esperando para destituir el actual gabinete económico, ante el estruendoso fracaso de la política económica?
No se pueden adoptar soluciones superestructurales a problemas estructurales. Es mi modesta opinión que me permito señalarle a través de estas líneas.
Y parte de la lealtad se basa en señalar algunas verdades, así algunos colaboradores cercanos no quieran hacérselas por adulantes y por no querer afectar intereses que defienden tras bastidores.
Si tiene chance Presidente, lea el artículo donde expresó el por qué el Gabinete Económico no da pie con bola. Y si no pida un resumen, pero objetivo, no el que le puedan pasar los jalabolas.
Tal vez el inicio de la Copa América pueda contribuir a distraer un tanto la atención a estas problemáticas. Pero aprovechando también los 91 años de la conmemoración del natalicio del guerrillero heroico Ernesto “Ché” Guevara, me permití en su homenaje, formular estas fuertes críticas y observaciones en aras de corregir algunos entuertos.
Sería bueno el relanzamiento de las “3R” y del Golpe de Timón del Comandante Inolvidable, donde es bueno recordarle Presidente, usted lo escuchó en vivo y en directo porque estuvo presente, además que el propio Comandante le encomendó una tarea que sé que aún tiene pendiente.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano