Decisiones para romper las barreras personales

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

por Eduardo Tadeo Garza

Alguna vez te has detenido a pensar ¿quién es mi verdadero rival?, ¿quién es aquel que todo el tiempo me está retando?, siempre vamos avanzando por la vida y el camino sin verdaderamente hacer una pausa y revisar, ¿con quién compito? e inclusive solemos pensar que nuestra competencia es externa, y que el mundo es una jungla donde mi triunfo depende de la derrota del otro.

El concepto de la supervivencia del más fuerte y más hábil ha llevado a un vacío existencial a la humanidad, la jungla de los negocios, como suele ser llamada, no es más que una “ilusión” una “realidad aparente”, la cual solo existe en la mente de las personas y está basado en la “conciencia de escasez”.

Comúnmente, las personas creen que vivimos en un mundo de recursos limitados, donde estamos a expensas de lo que el 5% de la humanidad, quienes controlan el 90% de los recursos” están dispuestos a darnos en forma de gratificación o recompensa por algún servicio dado. Incluso aún más en el fondo tenemos el pensamiento de la “súper escasez” enfatizados en aquellos que creen que los recursos son tan limitados que deben ser arrancados de quien los tienen. Este tipo de pensamiento está basado en el “Miedo”, si aún sea el delincuente más temido, su actuar está basado en el miedo, pues su miedo parte de la creencia de que para el obtener lo que necesita debe quitárselo a los demás, pues para yo tener los demás deben perder. Su rival le dice: “No hay suficiente para todos, debemos quitarle lo que tiene y así tendremos lo que necesitamos y más por si alguien más nos lo quiere quitar podamos defendernos”.

Como podrás observar con lo anterior, nuestro rival somos nosotros mismos, es la versión que creamos de la interpretación que damos a lo que nuestra visión alcanza a observar. Nuestra realidad no es más allá que la interpretación que queremos darle a las cosas, si nuestro rango de visión es limitada en espacio, solo vemos un espectro de colores y tenemos limitada la capacidad de visión a partir de un determinado tamaño, ¿cómo podemos llamar a lo que vemos e interpretamos de esto “realidad”?.

Nuestra porción de víctima, mezclada con miedo, más ansiedad, más frustraciones mal atendidas y una pizca de rencor, han dado vida a una versión de nuestra consciencia que gusta de hacernos creer que lo que interpretamos es la realidad, y da origen a un pensamiento nuestro al que denominaremos “Rival”; ¿por qué llamarlo así?, fácil, esta porción de nuestra consciencia compite con nuestra porción de abundancia, que entiende que en el mundo existe oportunidad para todos y lo básico siempre es encontrar la forma de experimentar los sucesos con una pasión por la vida e interpretarlos con un gran parque de diversiones, donde debemos aceptar el rol que me toca jugar, hacerlo con una gran compromiso y responsabilidad, sin dejar de lado que si no me gusta no me quejaré, pero siempre estaré alerta para cambiar con “con un compañero” al que le guste y negociar con otro para yo tener un rol más importante y que me guste más, ¿te sonó conocido?, te preguntas, ¿dónde he visto ese modelo de enfoque?, por supuesto, en los niños.

No existe un policía más comprometido con el orden y la justicia que Lalito cuando esta con sus amigos en el parque jugando a Policías y Ladrones, no hay una cajera más responsable, contenta de atender a sus clientes, siempre deseándoles un muy buen día que Fátima cuando juega al supermercado. Pero ¿a dónde se fue esa pasión y amor por la vida?, porque ahora nos topamos con un Raúl que siempre te pide para el refresco o una Laura que ni siquiera te voltea a ver a la cara mientras te recita una letanía que alguien le dijo a una corporación le dijo que era infalible para tener al cliente feliz. ¿quién podrá haber hecho esto? desaparecer así “derrepente” la alegría de las personas, la pasión por lo que hacen, el apreciar lo maravilloso que tiene la vida, pues eso mi querido amigo lo has hecho tú mismo, o nosotros mismos con nuestra vida, al ponerle el estigma de “un niño es un irresponsable”, por lo que, ese lo mezclamos con “si piensa como niño es un irresponsable”, sin olvidarnos del “si se divierta en lo que haces es que toma las cosas como un juego por lo que es un irresponsable”.

Evidentemente existe una gran diferencia entre divertirte haciendo lo que tienes que no hacer lo que tienes que hacer por divertirte, son cosas totalmente diferentes, y lógicamente una refleja un status de irresponsabilidad, mientras la primera refleja un estado de disfrutar tus responsabilidades, pero nuestra programación cerebral, formada tras varios años de paradigmas, traumas, sentimientos de derrota y rencores, lo transforma en que la vida es de sacrificios y uno siempre debe sacrificar “algo” para obtener lo que tiene, y famoso y mexicanísimo ” de que me arruine yo a que se arruine mi tía, que me perdone mi tía”.

Mi estimado lector, esa es precisamente la parte que es necesario cambiar para poder progresar, el universo es tan perfecto que coloca recursos para todos, siempre que exista un rico y un pobre, hay prosperidad, solo es cuestión de buscarla, porque si habláramos de un ambiente donde solo existieran pobres, en ese caso, si podríamos hablar de un lugar donde no existen recursos, pero habiendo 1 sola persona con rica, es porque existen los medios y esta persona supo aprovecharlos, pero nuestro rival nos dice que el rico se aprovecha del pobre, y que el recurso es limitado porque para que alguien gane debe haber siempre un derrotado, o peor aún, como señalamos antes, en caso extremos de miedo, nos dice que no hay recurso y si queremos tener recurso hay que quitárselo a los demás.

Como hemos visto en este blog, tú rival no está en el externo, es esa voz que imita ser nuestra voz interior nos seduce para que adoptemos papel de víctima o de sufrir en la vida, en apariencia pero realmente solo en apariencia, es el más “cómodo” porque implica “no decidir” así como “no hacer nada”, o nos convirtamos en un “Robín Hood” de nuestros intereses.

Las decisiones siempre deben ser tomadas, y solo lo haces tú, porque hasta no hacer nada es una decisión, prepárate para enfrentarte a tú rival, siempre debes estar listo para tomar decisiones conscientemente, porque si no la vida se encargará de seguir el camino que trazas inconscientemente.

Autor Eduardo Tadeo Garza - etgarzaa@gmail.com

Padre de 2 hermosos hijos y esposo de una maravillosa mujer, Coach Personal y de Negocios por gusto, con 8 años de experiencia en diferentes funciones Gerenciales y de Asesoría Técnico – Administrativa en el campo del Oil & Gas y Desarrollo de Proyectos de Inversión. www.eduardotadeogarza.com.mx.

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