Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, pero en una entrevista con Punset, habla del declive de la violencia, refiriéndose a la forma en que -a través de la historia- el hombre se ha vuelto menos violento. Si hablamos de las guerras tribales, las grandes conquistas y colonización de pueblos enteros con sus miles y miles de muertos quizás haya algo de razón, pero difiero de su forma de pensar en cuanto a que -desde mi punto de vista- la violencia no ha disminuido sino que ha mutado, se ha hecho más variada y más fuerte: -La violencia de los mercados que condenan a la miseria a miles de familias y comunidades enteras en aras del enriquecimiento de unos pocos, mercados como el de las armas que siembran el terror en paises enteros, y en el caso de África a la mayor parte de un continente; -la violencia causada por individuos inadaptados a la evolución de la sociedad y la variedad de facetas de las comunidades modernas (nuevas formas de familia, variedad de inclinaciones sexuales, avances científicos entre otras); -la violencia generada por religiones intolerantes que se creen poseedoras de la verdad -a pesar de su corta existencia- olvidando que ya hubo religiones como la egipcia que despues de cinco mil años se extinguieron; -La violencia de la estupidez humana que se hace más evidente en cuanto más desarrollada sea la humanidad.
Pinker es una eminencia, y seguramente que un psicólogo excepcional, pero definitivamente algunas de sus teorías se contradicen a la luz de realidades como las vividas recientemente en España, aunque me quedo con sus elementos más positivos: "Las fuerzas de la modernidad son las del humanismo (la realización personal, la vida, la salud, el arte, las ciencias, las relaciones humanas), en lugar de los valores retrógrados como la tribu, la deidad, el monarca o la tradición". "La educación es una gran fuerza pacificadora".
Como contrapartida a la violencia que nos rodea, ha surgido el movimiento de los indignados, cuya gran fuerza no radica en ningun otro lado más que en su pacifismo y nos demuestra que no hay ninguna otra forma de acabar con la guerra como no sea mediante la paz.