Lo más sencillo, muchas veces, se convierte en lo más elegante. Con pocos muebles y mucho mimo, han logrado crear un acogedor hogar de este piso madrileño de 80 metros cuadrados, donde la luz acaricia cada rincón.
Lo más sencillo, muchas veces, se convierte en lo más elegante. Con pocos muebles y mucho mimo, han logrado crear un acogedor hogar de este piso madrileño de 80 metros cuadrados, donde la luz acaricia cada rincón.