En verano el patio es utilizado como una habitación más de la vivienda para disfrutar de múltiples actividades. Aparentemente algunos patios parecen fruto de la improvisación pero la mayoría de ellos, nacen tras una elaborada planificación. Se relacionan con el interior de la vivienda, por ello es necesario establecer una correspondencia de estilos.
Los patios constan de una superficie dura «suelo» que constituye su base fundamental. Para que esa base sea original y no nos aburra podemos barajar varias posibilidades:
Utilizar pavimentos de ladrillo recreando formas en espiga o en cesta, pavimentos de grava combinados con losas o bien pavimentos más sofisticados como el pavimento de york.
Un suelo bien ideado es garantía de éxito ya que el contraste con paredes, macetas, mobiliario y resto de detalles decorativos, ganan en colorido, expresividad y belleza, suavizando las líneas.
El suelo intima con las paredes para crear ambientes suaves, sencillos, apacibles e incluso exóticos.
Las paredes blancas contrastan con el colorido de las plantas, alejan el calor de la vivienda y si colocamos azulejos de cerámica de expresivos colores y geométricas figuras recrearemos un ambiente mágico, similar al de los patios andaluces. El azulete con el blanco, otra opción muy utilizada que relajan la atmósfera logrando una sensación muy placentera y fresca.
Paredes imitación del mármol o paredes con el ladrillo a la vista, son técnicas muy empleadas que favorecen y destacan una determinada zona.
También el mobiliario de exterior tiene que ser adecuado y contrastar con el resto de elementos. Una mesa y unas sillas representan el núcleo donde gira la vida social, comidas con la familia o con los amigos, cenas románticas a la luz de la luna, charlas interminables con amigos en noches calurosas y estrelladas o un espacio simplemente para descansar, leer, reflexionar.
Disfrutar al aire libre requiere a veces sombra y abrigo, así como protegerse en ocasiones de vientos excesivamente molestos. Una buena solución es colocar una pérgola que una vez cubierta de enredaderas ofrecen un lugar sombreado y protegido de los rayos solares del verano. Y algo a tener en cuenta, proporcionan intimidad cuando hay vecinos próximos.