Así que lo primero que vamos a hacer es una limpieza general de toda la casa: SIMPLIFICA Y ORGANIZA.
Organizar y ordenar las habitaciones restaura la creatividad y la vitalidad de los que habitan la casa. Todas las casas tienen zonas catastróficas: aquella habitación que utilizamos de trastero, un armario donde todo está puesto de cualquier manera, el garaje que se utiliza de vertedero, una mesa donde se amontonan los papeles y facturas pendientes.
El Feng Shui nos dice que tenemos que ordenar y simplificar nuestras cosas para que la energía fluya por el espacio. El caos que dura mucho tiempo se estanca y cambia los escenarios de nuestro hogar. Cuanto más tiempo mantengas el desorden, más se deteriorá el Chi. El caos pasivo lo encontramos en los garajes, sótanos, armarios roperos, todo bien guardado detrás de unas puertas cerradas. Que no lo veamos no quiere decir que no exista. El Feng Shui invita a abrir todas las puertas y hacer un vistazo y empezar a poner orden en nuestras vidas. Tanto si está detrás de una puerta como si no, el desorden y el caos absorben nuestra vitalidad y es por eso que nos cuesta tanto enfrentarse a ellos.
Viste tu casa con textiles de primavera. Los colores alegres, divertidos, suaves y cálidos son los que deben prevalecer en tu casa en estos momentos. Fíjate en la moda; en los colores que utilizarás en la ropa, y pásalos a tu casa. A los cojines, fundas, cortinas, alfombras de verano y ropa de cama.
Rodéate de plantas. Todas las plantas sirven para esta ocasión. Elige las que más te gusten. Si no puedes tener plantas naturales también podrías usar plantas artificiales, sabiendo que no aportan Chi vivo, pero su color y sensación serán adecuados para hacer cálida una estancia.Purifica la energía. No es casualidad que aprovechamos la primavera para pintar las paredes de casa o del negocio. Y aquí podemos seguir los principios del Feng Shui para mejorar nuestra vida y nuestra casa.
Porque cuando creamos espacios armónicos podemos mejorar en salud, vitalidad, relaciones más satisfactorias y en prosperidad. Y a pesar de que lo más importante es que nuestro entorno nos guste a cada uno de nosotros, el Feng Shui aconseja determinados colores para determinadas habitaciones y determinados objetivos.
Así, un dormitorio Feng Shui no tiene que tener colores demasiado estridentes ni tampoco demasiados fríos. Lo podemos pintar en color rosa, melocotón, amarillo y tierra, colores pastel y verde claro, pero no se aconseja el color rojo, el negro, el gris oscuro. Si nos gustan estos colores podemos utilizarlos en otros elementos de la decoración, como por ejemplo cojines y otros objetos.
Un negocio sí puede tener colores fuertes para potenciar la prosperidad. En este caso el verde y el rojo en todas sus tonalidades nos ayudarán.
Los baños acostumbran a ser muy blancos o azules. Estos colores hacen bajar mucho la energía de aquella área y por lo tanto necesitaremos subirla sea como fuere. Si se puede pintar alguna parte bien, y si no, jugaremos con las toallas, el color del jabón y otros complementos. Los colores más adecuados son el verde, amarillo y naranja¡HASTA LA PRÓXIMA!
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