Donatella Iacobelli
El objeto de este artículo no es en realidad tanto analizar la situación eléctrica del país, ya que no soy yo una experta en la materia, sino que quiero tomar el problema eléctrico porque es cuanto menos un ejemplo paradigmático muy ilustrativo de como procede en algunas oportunidades nuestro gobierno revolucionario, de una manera, a mi juicio, “ligera” por no usar otro calificativo más duro.Lo que voy a narrar es obviamente mi percepción como espectador, de persona de a pie, que sin embargo está preocupada y pendiente de lo que pasa a su alrededor.
Ante de comenzar a exponer el relato desde mi punto de vista, quiero celebrar la elección por parte del Presidente Maduro de poner al frente del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica al camarada Jesse Chacón Escamillo, hombre que ha demostrado ampliamente su eficiencia cuando le tocó crear desde cero la plataforma tecnológica de la comunicación en Venezuela, como Ministerio de Comunicación e Información; fue él en gran parte el artífice del hecho de que tengamos el satélite Simón Bolívar y de que ahora tengamos un canal de televisión del Estado (VTV) bien equipado al mismo nivel de cualquier canal del primer mundo, entre muchas otras cosas positivas. De la misma manera como cuando fue Ministro de Interior comenzó a poner un poco de orden en esos sórdidos sub-mundos en que se habían trasformados durante la obscura noche cuartarepublicana el sistema penitenciario y las varias policías que operan en el país. Dicho eso voy al grano.
Primer punto, resulta cuanto meno asombroso escuchar a altos funcionarios del gobierno nacional denunciar y lamentarse del más que supuesto, sino aparentemente confirmado, sabotaje eléctrico preelectoral cuando ya hace una década, en ocasión del paro patronal insurreccional hubo varias denuncias de camaradas patriotas trabajadores de Corpolelec, y otras instancias eléctricas regionales del Estado, denunciando que ya en aquella oportunidad había opositores, trabajadores escuálidos montados en planes de sabotaje eléctrico. Si no me creen busquen en le propio archivo del sitio de aporrea y encontrarán varias denuncias al respeto. Una vez superada aquella situación tan difícil uno se imaginaba que ya no existirían escuálidos ocupando puestos sensibles como para volver a realizar un sabotaje eléctrico en el futuro. Pero no, estamos en 2013 y eso se repite, de verdad a mi me asombra y me provoca cierta rabia, porque si bien comprendo que no es posible ni conveniente sacar a todos los empleados públicos de oposición de las instituciones del Estado, sin embargo no entiendo cómo se dejan en puestos tan sensibles a unos enemigos tan peligrosos. A mi que me lo expliquen porque de verdad no lo entiendo. Me causa cierto malestar cuando se hacen estos discursos victimistas echándole siempre la culpa de todo lo malo que nos pasa a la derecha, porque si bien es cierto que la derecha no descansa en su afán de tumbar nuestro gobierno, nosotros digamos que le ponemos las cosas más fáciles.
Eso por un lado y por otro lado hay algo aún más grave a mi juicio. Sabemos que desde el punto de vista operativo nuestro gobierno revolucionario no arrancó sino a mediado de 2004, después de vencido el paro insurreccional de 2002-2003, de recuperarnos un poco del enorme hueco fiscal de más de 20 mil millones de dólares que nos dejó la aventura golpista y del desangramiento económico generado por la fuga de capitales al exterior a la cual se le puso un providencial parado con el Control de Cambio en febrero de 2003 y que también tenía fines golpistas.
Antes de 2002 y hasta la salida de las leyes aprobadas por via habilitante, chispa que terminó por hacer saltar el polvorín golpista, además del impacto que provocó el catastrófico y trágico deslave de Vargas a finales de 1999 el gobierno, mejor dicho el Presidente Chávez, se dedicó a refundar la Patria. Constituyente, nueva constitución, su aprobación via referéndum, nuevas elecciones presidenciales y muy importante: gira para resucitar el valor del precio del petróleo. Es entonces, a partir del 2004 que se comienza a enrumbar el país, exitosamente y a aumentar significativamente, gracias a la recuperación económica el consumo eléctrico.
David Paravisini, ingeniero mecánico, experto petrolero y opinador sobre el tema eléctrico, comenzó, cual profeta del desastre, a alertar sobre el peligro que se estaba gestando en el campo eléctrico en nuestro país. No perdía oportunidad de señalar lo que iba a pasar en cuanta ocasión se le presentara: iba a programas de televisión, participaba en charlas en foro, etc. Él describió claramente lo que iba a pasar y que en definitiva pasó. No era necesario ser un vidente para entender cual eran las debilidades del sistema eléctrico venezolano, bastaba con estudiar un poco el tema. Extremada dependencia de un solo tipo de fuente de energía, la hidroeléctrica, es más no solamente de un solo tipo de energía, sino que básicamente casi el 70 % de toda la energía del país, proviene de una sola fuente que es el rio Caroní; fallas en la red de distribución y tendido porque se puede generar mucha energía eléctrica pero si después hay fallas en el tendido y la distribución la generación no sirve para nada y la creciente y acelerada demanda producto del mismo éxito de la economía venezolana. Estaba más que a la vista que íbamos hacia una crisis, él se cansó de decirlo y ¿Qué paso? Nadie del gobierno le hizo caso. Todo lo contrario con su constante prédica empezó a incomodar a algunos. Se lo vetó en los medios y en importantes instituciones del Estado y hasta se ejercieron presiones para que fuera sacado de la UBV cosa que afortunadamente no pasó. Llegó el año 2010 el año del desastre. La brutal sequía hizo prácticamente colapsar el insuficiente sistema eléctrico venezolano dándole toda la razón a Paravisini, y eso que podía haber sido peor, porque debe ser verdad aquel dicho que dice que “Dios es venezolano” ya que comenzó a llover justo cuando el nivel del embalse del Guri estaba a punto de llegar a un nivel tan bajo que hubiera hecho parar las turbinas del la represa y allí si que nos hubiésemos quedado sin electricidad todo el país. Recuerdo que no dormíamos de noche por la ansiedad que nos provocaba este hecho. Por fin llovió y las cosas se medio arreglaron.
Entonces el Presidente Chávez llamó a un peso pesado de la revolución como Alí Rodríguez Araque para hacer orden en este desastre a comienzo de 2010. Empieza otra etapa de la crisis eléctrica venezolana: el “necesario parapeteo a punta de realazo”, como estamos acostumbrados desde la Cuarta República mientras se implementan planes más definitivo y a largo plazo.
El país se llenó de generadores pequeños, medianos, de toda clase y especie, aquí llegaban negociantes de todos lados del planeta para vendernos cuanto generador hubiera para poder paliar la crisis en espera de que las grandes centrales termoeléctricas, eólicas, olamotriz, más represas hidroeléctricas, plantas solares, y eventualmente hasta termonucleares pudieran establecerse. Era un frenesí: llegaban de China, de Europa, de Brasil, de Cuba, de Argentina, todos a vendernos algún tipo de planta eléctrica. Uno suponía que eso hubiera por lo menos estabilizado la situación a parte de los planes de racionamiento y racionalización del uso del servicio eléctrico.
Recuerdo claramente el caso de Ejido en el Edo. Mérida. Estuve allí un fin de semana en febrero de 2010, cuando el Presidente Chávez fue a inaugurar una hilera interminable de pequeños generadores eléctricos que funcionan a gasoil. Era algo fantasmagórico, aparte de destrozar el paisaje, me imagino el ruido y la contaminación que generarían, yo no los vi en funcionamiento, sin embargo uno se decía que si era para parapetear la situación y para que la gente no se quedara sin electricidad mientras tanto había que calárselos. En aquella oportunidad había ido a visitar una amiga que vive en Ejido, me costó poder salir de allí por el enorme despliegue de seguridad montado por la visita del Presidente Chávez, lo que es sorprendente es que mi amiga desde entonces tiene que soportar un racionamiento eléctrico de casi 2 horas diarias!!! Entonces uno se pregunta ¿Para qué sirven todos estos generadores? Es una pregunta que verdaderamente uno se hace de corazón. Se suponía que con la compra de los generadores de todas parte del mundo deberíamos soportar la crisis, pero no, seguimos con los cortes y los apagones por todas parte del país. Hay cosas que de veras a uno le cuesta asimilar y entender.
Y yo me pregunto ¿Es todo eso culpa de la derecha, de la burguesía? O es culpa nuestra. Les dejo a los lectores que se hayan tomado la molestia de leer mi artículo la respuesta. Todo eso lo saco a colación porque eso es algo que acaba de pasar no es historia de hace 3 o 4 décadas por lo cual creo que hay que tomar conciencia y aprender de los errores para no volver a cometerlos.
radona17@gmail.com