Los defensores de esta casta de privilegiados, de estos aristócratas del trabajo, utilizan las palabras “coraje y valentía” para calificar la actitud de quienes han echado un pulso a este terrible y dictatorial gobierno que les ha parado los pies en lugar de ceder a sus chantajes a golpe de talonario. Coraje y valentía para cerrar el espacio aéreo español, secuestrar en los aeropuertos a cientos de miles de ciudadanos que han visto desaparecer su dinero por el desagüe de la avaricia de estos señores, generar unas pérdidas de más de 80 millones de euros diarios a las compañías aéreas y de 250 millones al sector turístico, o pisotear la imagen internacional de España por medio mundo. Pero oiga, hay que entender, apoyar y solidarizarse con esta gente porque han tenido los cojones de enfrentarse al gobierno de la Nación, porque son trabajadores y porque lo que ellos consigan creará una especie de precedente (¿para quién?) que la clase obrera podrá gritar a los cuatro vientos como una victoria sobre quien nos trata como a esclavos. Cuántos de los que sí conocieron y sufrieron la esclavitud se indignarían con semejante comparación. Cuántos de esos cuatro millones de parados que existen en este país estarían dispuestos a ocupar una de esas 2.400 plazas a cambio de más del doble de lo que se lleva el Presidente del gobierno a su bolsillo. Lo siento, pero esto de solidarizarse con unos trabajadores, por el simple hecho de serlo, no va conmigo. La defensa de lo indefendible se la dejo a otros.
Los defensores de esta casta de privilegiados, de estos aristócratas del trabajo, utilizan las palabras “coraje y valentía” para calificar la actitud de quienes han echado un pulso a este terrible y dictatorial gobierno que les ha parado los pies en lugar de ceder a sus chantajes a golpe de talonario. Coraje y valentía para cerrar el espacio aéreo español, secuestrar en los aeropuertos a cientos de miles de ciudadanos que han visto desaparecer su dinero por el desagüe de la avaricia de estos señores, generar unas pérdidas de más de 80 millones de euros diarios a las compañías aéreas y de 250 millones al sector turístico, o pisotear la imagen internacional de España por medio mundo. Pero oiga, hay que entender, apoyar y solidarizarse con esta gente porque han tenido los cojones de enfrentarse al gobierno de la Nación, porque son trabajadores y porque lo que ellos consigan creará una especie de precedente (¿para quién?) que la clase obrera podrá gritar a los cuatro vientos como una victoria sobre quien nos trata como a esclavos. Cuántos de los que sí conocieron y sufrieron la esclavitud se indignarían con semejante comparación. Cuántos de esos cuatro millones de parados que existen en este país estarían dispuestos a ocupar una de esas 2.400 plazas a cambio de más del doble de lo que se lleva el Presidente del gobierno a su bolsillo. Lo siento, pero esto de solidarizarse con unos trabajadores, por el simple hecho de serlo, no va conmigo. La defensa de lo indefendible se la dejo a otros.