Trala asemblea, algúns políticos relevantes foron dándose de baixa do Bloque. Na Rede, os comentarios a este tipo de novas, son mostra dun odio brutal entre as partes. Ciumes, traicións, insultos; evidencian o estado de descomposición do BNG en dúas partes irreconciliables. Por unha banda, os da U, pretas as filas, marchan marciais, pola outra, os rexeneradores orbitando entorno ó Encontro Irmandiño e Máis Galiza (cuxo líder, Carlos Aymerich, xa dixo que voltaba á actividade docente e deixaba a primeira liña política).
A formación da chamada "cuarta forza" cobra ídem. Facendo un exercicio de especulación política, esta forza tentará repetir as teses da formación orixinaria do BNG na asemblea de Riazor no 82, é dicir, nova formación frontista con diversas correntes, na que o comunismo quede de lado. A modernidade puido co Bloque: os socialdemócratas, autonomistas, ecoloxistas, altermundistas e demáis modernos, tentarán facer masa crítica para pular por un espacio propio do movemento nacionalista en Galicia. Ante eles, unha morea de incoherencias (a crítica do centralismo de Madrid, pero tamén do de Santiago; a crítica ós "fascistas azuis", cando lles vota o 50% dos galegos; a crítica ó sucursalismo do PSdeG-PSOE, cando dobran os resultados do nacionalismo...), incoherencias que se resumen en "incomprensiblemente a xente non nos vota".
Asamblea Encontro Irmandiño
A imitación doutros modelos políticos extravagantes (aberchales, PNV, CiU) semella non dar froitos. Quizáis, tan só quizáis, pode que a masa electoral galega non sexa igual que a basca ou catalana. A mentalidade rural conservadora segue a tirar moito na política galega e a concepción de enfrontamento con "Madrid" non parece ter moitos apoios, salvo nos chuzos do Avante e nos sempiternos salvadores da patria. Dende a distancia, os movementos de todos estes como pitas sen cabeza son máis que evidentes.Tan só unha reflexión persoal poñendo como exemplo a temática da literatura galega: pode que o problema estribe en que a xente esté cansa do rechouchío dos xilgueiros e prefira que lle conten historias de naves espaciais e extraterrestres. É dicir, o éxito político depende tanto de manter uns principios inamovibles como de analizar a demanda do electorado. ¿Que pesa máis na balanza?
Traducción al castellano:
Tras la XIII Asamblea Nacional del BNG, y con los resultados en la mano, la situación de división se tornó evidente. La estrategia de control político de la formación frentista del partido comunista UPG (Unión do Povo Gallego), tuvo éxito de sobra como para que la mitad de los militantes asistentes votaran por su candidatura a los órganos de dirección. La candidatura de "oposición", el "Nuevo proyecto político", en la que unieron fuerzas, principalmente el Encontro Irmandiño y Máis Galiza, quedó con la mitad de los votos, insuficiente, según sus tesis para la "regeneración".
Tras la asamblea, algunos políticos relevantes fueron dándose de baja del Bloque. En la Red, los comentarios a este tipo de noticias, son muestra de un odio brutal entre las partes. Celos, puñales, insultos; evidencian el estado de descomposición del BNG en dos partes irreconciliables. Por una parte, los de la U, prietas las filas, marchan marciales, por la otra, los regeneradores orbitando entorno al Encontro Irmandiño y Máis Galiza (cuyo líder, Carlos Aymerich, ya dijo que volvía a la actividad docente y dejaba la primera línea política).
Así, el ex-senador Pérez Bouza, la sindicalista agraria Lidia Senra, Esquerda Nacionalista y el PNG-PG, la ex-consejera de Vivienda Teresa Táboas, la MNG (juventudes de Máis Galiza), y el Encontro Irmandiño, salen del BNG, dejándolo escuálido, en los huesos, ya que sin estos integrantes, el BNG pasa a ser la UPG más algunos independientes. ¿En estas condiciones estarán las siglas del Bloque en condiciones de repetir los mismos resultados toda vez que hoy viven del voto urbano que es lo que menos vota a la corriente comunista? Lo dudo.
La formación de la llamada "cuarta fuerza" cobra ídem. Haciendo un ejercicio de especulación política, esta fuerza intentará repetir las tesis de la formación originaria del BNG en la asamblea de Riazor en el 82, es decir, nueva formación frentista con diversas corrientes, en la que el comunismo (esta vez) quede a un lado. La modernidad pudo con el Bloque: los socialdemócratas, autonomistas, ecologistas, altermundistas y demás modernos, intentarán hacer masa crítica para luchar por un espacio propio del movimiento nacionalista en Galicia. Ante ellos, un montón de incoherencias (la crítica del centralismo de Madrid, pero también del de Santiago; la crítica a los "fascistas azules", cuando les vota el 50% de los gallegos; la crítica al sucursalismo del PSdeG-PSOE, cuando doblan los resultados del nacionalismo...), incoherencias que se resumen en "incomprensiblemente la gente no nos vota".
La imitación de otros modelos políticos extravagantes (aberchales, PNV, CiU) semeja no dar frutos. Quizás, tan sólo quizás, puede que la masa electoral gallega no sea igual que la vasca o la catalana. La mentalidad rural conservadora sigue tirando mucho en la política gallega y la concepción de enfrentamiento con "Madrid" no parece tener muchos apoyos, salvo en los (borra)chuzos del Avante y en los sempiternos salvadores de la patria. Desde la distancia, que los movimientos de todos estos, son como las gallinas sin cabeza, son más que evidentes.
Tan sólo una reflexión personal poniendo como ejemplo la temática de la literatura gallega: puede que el problema estribe en que la gente esté cansada del trino de los jilgueros y prefiera que le cuenten historias de naves espaciales y extraterrestres. Es decir, el éxito político depende tanto de mantener unos principios inamovibles como de analizar la demanda del electorado. ¿Que pesa más en la balanza?