MAGICAEDRO
Alguna vez te hablé de la magia, creo.
Nos pusimos a jugar con los verbos
y dijimos que jugar
era el verbo más bonito
y quisimos inventar crucigramófonos
y aunque no nos pusimos de acuerdo
con las palabras
sí lo hicimos con la música
y así fuimos un poco de electricidad antiestática
y otro poco sustancia natural aleatoria
el caso es que nos movíamos mucho
y alguien dijo que ya no podríamos parar
y todos estuvimos de acuerdo porque nos encantaba
reírnos de esa forma
como con vicio
entonces él sacó un lapicero y lo usó de varita mágica
y ella sacó un sombrero
y él un beso de la chistera y todos dijimos oh!! a la vez
ella se puso de puntillas para hacer un invento con las
acrobacias
y a todos nos salpicó la saliva
y sabía dulce
"más dulce que el alba
y más suave que la luna"
hicimos partituras con todo eso que luego cantamos en
voz baja
pero fingíamos que estábamos gritando
e incluso hubo quién se tapó los oídos
era muy divertido
y nos juntamos para hacer un coro
pero no fuimos capaces de ponernos
de acuerdo
porque los de la izquierda querían estar derechos
y los de la derecha torcidos
y no hubo manera
así que decidimos inventarnos una figura para nosotros
solos:
un magicaedro
que nos indefiniera
y esa noche, creo que una vez te hablé de la magia, sí,
todos soñamos co relámpagos
que bailaban
entre nuestras piernas.
Escandar Algeet.
Varios Autores. Degeneración Salvaje. Diciembre de 2015.