Degenkolb arrebata a Etixx-Quick Step la París-Roubaix

Por Elpedalnoticias.com

John Degenkolb (Giant-Alpecin) ganó la 113ª edición del Infierno del Norte, la París-Roubaix, colofón de la temporada de Clásicas de Primavera. Etixx-Quick Step vuelve a fallar en el desenlace de una clásica.

Otro día para marcar en el calendario 2015: la clásica de clásicas, el infierno del norte, los 253 km de innumerables sectores adoquinados que separaron Compiègne y Robauix. Esa prueba que el gitano Roger de Vlaeminck y Tom Boonen ganaron en cuatro oportunidades.

Sin embargo, este año ni el belga de Etixx-Quick Step ni el tri-campeón de la Paris Roubaix, Fabian Cancellara (Trek), fueron de la partida. Sí el defensor de la corona Niki Terpstra (Etixx-Quick Step) y otros pretendientes de la talla de John Degenkolb (Giant-Alpecin) -ganador de la última Milán-San Remo-, Alexander Kristoff (Katusha) -del Tour de Flandes-, Peter Sagan (Tinkoff-Saxo), Sep Vanmarcke (Lotto), Bradley Wiggins -en su última carrera en ruta para el Sky- y Geraint Thomas (Sky) -de la Harelbeke-, Greg Van Avermaet (BMC), Lars Boom (Astaná) y Zdenek Stybar (Etixx-Quick Step).

La primavera continúa avanzando en Europa y la carrera se disputó bajo un cielo sin nubes. Tras una primera hora de carrera de ritmo muy alto, cuando las secciones de pavé comenzaron a poblar el recorrido empezaron las caídas y los cortes. Uno de los abandonos más significativos, fue el de Stijn Devolder por caída -principal recurso del Trek al estar ausente Cancellara- a mitad de la jornada.

A falta de 100 km para meta una fuga de 8 corredores conservaba más de 6′ de margen. Poco después llegaron los bosques de Arenberg. Fue allí donde uno de los fugados, Aleksejs Saramotins (IAM) abrió hueco temporalmente con respecto a sus compañeros. En el lote mayoritario, los 2,5 km empedrados de Arenberg no hicieron mucha mella. Sin embargo, quienes rodaban detrás del lote debieron esperar un cruce de tren -y más de uno cruzó las vías con la barrera baja, motivo de descalificación-…

Etixx-Quick Step y Sky persistían en cabeza estirando el lote y descolgando varios corredores por la cola. Hombres de Tinkoff-Saxo y Lotto también ocupaban posiciones bien adelante en favor de Sagan y Vanmarcke.

A falta de 67 km Etixx-Quick Step aceleró el ritmo, profundizando la sangrìa de corredores. Wiggins al igual que Kristoff y Van Avermaet, había padecido los cortes por el golpe de pedal del equipo belga. La distancia con la fuga ya era menor a 3′.

Con 50 km por delante y sobre el pavé comenzaron a mover piezas algunos favoritos. Primero Sagan, después Thomas y Degenkolb, aunque siempre con cierta tibieza y cálculo. En respuesta, Lotto-Soudal, Lotto y Giant-Alpecin procuraban controlar la cabeza del lote, de cara a las secciones empedradas más duras. Sin embargo, Stijn Vandenbergh (Etixx-Quick Step) saltó del grupo abriendo hueco rápidamente. Ejecutaba así el primer movimiento significativo -en términos tácticos- de la jornada.

A falta de 37 km Vandenbergh comenzó a contactar a algunos corredores desprendidos de la fuga, a 1′ 12” del pelotón. El siguiente movimiento fue el de Wiggins, que atacó a falta de 32 km, desde el pelotón y sobre el pavé. El británico pronto hizo contacto con Vandenbergh, llevando a rueda a Jens Debusschere (Lotto-Soudal) y Stybar.

A pesar de la calidad de los protagonistas, este no sería el movimiento bueno de la jornada. Posteriores aceleraciones de Sagan, Boom y Vanmarcke neutralizarían este intento y terminarían de pulverizar el margen de la fuga. A falta de 20 km para el final de la carrera el final estaba abierto para un grupo de una veintena de corredores.

En los 10 km finales Van Avermaet  y Yves Lampaert (Etixx-Quick Step) llegaron con un escaso margen de diferencia sobre el resto de favoritos, repartidos en pequeños grupos. El principal perseguidor, Degenkolb. Más atrás Sagan, Terpstra, Wiggins y compañía.

En los 6 km finales Degenkolb contactó con la cabeza de carrera. Como era de esperar el alemán debería afrontar sólo el ritmo del grupo, sabiéndose superior en un final en esprínt -no iban errados los compañeros de aventura-. Atrás, Sagan cedía terreno por pinchadura en la rueda trasera que lo obligó a cambiar bicicleta -aunque lograría re incorporarse-.

A 3 km de cruzar meta en el Velódromo de Roubaix, Stybar hizo contacto con la cabeza de carrera. Todo parecía cerrar para la dirección del equipo belga: Stybar más un gregario para el desenlace. Poco después otros cuatro corredores los alcanzaron. Entraron agrupados al Velódromo, con Lampaert en cabeza y Stybar a rueda, en superioridad de condiciones para Etixx-Quick Step. Sin embargo, una vez más, el equipo belga falló. Cuando el tercero en fila, Degenkolb, esprintó… se acabó París-Roubaix. Con gran superioridad el esprínter alemán de fuerza se quedó con la clásica de las clásicas, se incendió en la gloria del Infierno del Norte.