DEGUSTANDO EL CALLEJÓN DEL GATO Pasos 3 y 4: Taberna Espartana y Las Brasas de Vulcano

Por Rodrigo Rodrigo Martin Antoranz

Nuestros pasos siguen avanzando por este castizo callejón de Álvarez Gato, al tiempo que nuestros estómagos siguen rugiendo, pidiendo más, reclamando más. Una vez que salimos de la esencia de Roma en la Taberna Pompeyana, nos topamos enseguida con un cruce de caminos. Dos flechas que nos invitan a elegir: a la izquierda Esparta, a la derecha Vulcano. En ambos casos, una nueva experiencia culinaria, una parada obligatoria en nuestro gastronómico deambular felino. 
Dos entradas a mundos diferentes pero que comparten carta. Desde cada uno puedes asomarte al otro universo, Esparta huele a brasas de Vulcano. Y Vulcano arde con el clamor espartano. Un concepto sugerente que sigue manteniendo el emblema del Callejón del gato: excelente comida, buen trato, ambiente sociable y unos ambientes peculiares como telón de fondo.
Taberna Espartana

Fachada de Taberna Espartana con mesas en pleno callejón

Detalle del interior de la Espartana

Sidra Natural "Trabanco" y Sangría casera con silla flotante al fondo

Sin perder la esencia por la historia clásica, la Taberna Espartana - la última creación del callejón, erigida este año 2016  - nos catapulta de nuevo a un entorno especial y único. Una vez que cruzas su fachada, te vuelves un guerrero del yantar. Porque así eran los espartanos o espartiatas o lacedonios, milicianos prestos al combate, a morir por la causa, a comer hasta reventar... 
Una barra de mármol macizo te acompaña a tu vera mientras te adentras en Esparta. Un local de tenebrosa ambientación, por cuyas paredes serpentean grietas y pinturas vapuleadas por el paso del tiempo y las guerras.
En cada rincón se arremolinan tipo de artilugios decorativos de lo más variopinto: calaveras, cascos de batalla, sillas, material de la época, cuerdas trenzadas, cadenas oxidadas, brazos que sujetan jarras de cerveza - tal vez brindando a tu salud - y pintadas que rezan "miseria, sequía, hambruna, peste..." 
Esa ambientación es una de las señas de identidad de la Taberna Espartana. No sólo se trata de una experiencia gastronómica, sino de inmiscuirte en la esencia de una época, adentrarte en las tripas de una civilización mientras satisfaces gaznate y estómago.
Puedes disfrutar de una buena sidra nartural Trabanco o una sangría casera en la barra acompañadas de un sugerente tapa, perderte en una mesa del interior o en la terraza al tiempo que ves pasar la fluida vida castiza del callejón. La elección es tuya. Hagas lo que hagas Esparta será tu nuevo hogar.
La carta es amplia y potente, y comparte oferta con las Brasas de Vulcano. Una cocina para gobernar dos mundos 

Pescaíto frito, ibéricos, queso, tortillas de patatas, paellas, rabo de toro, albóndigas caseras, Gran Canapé Don Paco (tosta gigante, tomate, lacón, queso, pimentón orégano y aceite de Oliva), callos, lentejas, fabada y, por supuesto el GRAN COCIDO MADRILEÑO al tentador y sugerente precio de 12 Euros. 
La alta calidad de la materia prima encuentra un aliado perfecto en sus precios asequibles, aptos para cualquier bolsillo "espartano".
Las Brasas de Vulcano
Codo con codo a la Taberna Espartana nos topamos con el fuego, la parrilla, el infierno de Vulcano. Se abren las puertas a otro universo, que mantiene mucho en común con su fiel aliado pero que se erige como el gran "local de la carne". 

De nuevo nos encontramos con una ambientación ejemplar, paredes y techos pintados, motivos históricos por doquier y aroma a taberna castiza. Tus ojos te dicen que estás en otra era, tu nariz te sitúa en el Barrio de Las Letras. Es el sentido del gusto el que ahora va a mandar sobre el resto.

Las Brasas de Vulcano es un acogedor local con una gran barra central en la que se exhibe el género que tu estómago está demandando: langostinos cocidos, tostas, anchoas, jamón ibérico, chorizo, lomo... son algunos de los protagonistas que acompañarán gustosos a tu caña perfectamente tirada. 

La barra de Vulcano en pleno fragor 

Exterior de la fachada de Las Brasas de Vulcano

En el interior  hay varias mesas a las que llega un inconfundible aroma a parrilla. Esa es la esencia, el gran elemento diferenciador y diferente de este local del callejón del gato. Se trata de cocina tradicional pero enfocada hacia las carnes a la brasa.
En los entresijos de su misterio nos topamos con 2 parrillas de cocina con piedra volcánica, lo que otorga un sabor y una fragancia a la carne incomparable. Único. El placer absoluto para los gatos carnívoros... En su amplia oferta se encuentra podemos encontrar desde parrilladas de verduras hasta el festival cárnico: entraña, chuletón de buey para dos personas, costillar de cerdo, pollo asado, entrecot de 300 gramos, tiras de asado, secreto ibérico...

Y por supuesto la gran joya de la corona para los más ávidos y depredadores comensales: la PARRILLADA DE CARNES para 2 personas. Según en el mundo en el que estés, podrás elegir...
Parrillada Vulcano: 1/2 pollo, tira de asado, costillar de cerdo, criollo y morcilla.
Parrillada Espartana: 1/2 pollo, tira de asado, costillar de cerdo, criollo y panceta. 
Casi nada. Toda una orgía gastronómica para gozo y disfrute de tu paladar. Así que ya sabes, sigue la estela del gato y degusta este callejón hasta sus últimas consecuencias. La oferta tanto de la Taberna Espartana como de Las Brasas de Vulcano es económica, de inmejorable calidad y saciante. Además disfrutarás de un entorno de lo más curioso y de un trato sensacional. No hay excusas. Hay hambre. ¿Y tú? ¿Eres de Esparta o de Vulcano?

Puedes leer más pasos por el Callejón del Gato aquí...
Paso 1: La tía CebollaPaso 2: La Taberna Espartana