Información e idea original de Oscar Aguileta. Editado por Carlos Mercado.
Este día, a unas horas de disputarse el séptimo juego de la Serie Mundial entre los Houston Astros y los Washington Nationals de la MLB, queremos aprovechar para rendir homenaje a Deion Sanders, también conocido como “Primetime” y uno de los más talentosos y más carismáticos atletas de todos los tiempos.
Pocas personas en el mundo pueden desempeñarse en dos profesiones a excelente nivel, menos aún jugar dos deportes a nivel profesional, pero sólo Deion Sanders ha podido jugar un Super Bowl de la NFL y una Serie Mundial de baseball de la MLB en la historia.
Para muchos se trata del mejor cornerback en la historia de esta liga y uno de los jugadores más carismáticos en el deporte estadounidense. Estelar en los Atlanta Falcons y campeón con los San Francisco 49ers y los Dallas Cowboys en años consecutivos; el único que pudo retar de manera constante al histórico receptor Jerry Rice. A quien no todos conocen en este sitio es a Deion Sanders, el beisbolista, y cómo logró hazañas envidiables para cualquier deportista profesional.
El monstruo de los múltiples talentos
La historia de Sanders se remonta a la North Fort Myers High School en Florida, donde ganó el reconocimiento como jugador All-State en football, baseball y basketball. Fue en este último deporte en el que, luego de anotar 30 puntos en un juego, un compañero lo apodó como Primetime (“horario estelar”).
Antes de iniciar su carrera universitaria en Florida State, fue reclutado en el Draft 1985 de la MLB por los Kansas City Royals (en sexta ronda y con el pick 149 global). Sin embargo, Sanders no firmó con el equipo. (Como dato curioso, otro histórico de la NFL y de la MLB, Bo Jackson, fue reclutado en el mismo Draft por los California Angels).
Volviendo con Sanders, En Florida State se ganó una gran reputación como atleta, alcanzando la College World Series de baseball, pero fue en el football donde resplandecieron sus talentos, haciéndolo ganador en 1988 del premio Jim Thorpe al mejor defensive back de la nación. Su gran campaña concluyó con el octavo lugar por el trofeo Heisman detrás del ganador Barry Sanders, Troy Aikman y Tony Mandarich, entre otros.
En 1988 Sanders fue reclutado nuevamente en el Draft de la MLB, esta vez por los New York Yankees con una selección 30 y el pick global 781. En 1989 debutó en el baseball y en el Draft de la NFL de 1989 fue reclutado por los Atlanta Falcons con la quinta selección global, nuevamente detrás de Troy Aikman, Tony Mandarich, Barry Sanders y Derrick Thomas.
Aquel año Sanders sólo jugó 14 juegos en Ligas Mayores, que le bastaron para pegar su segundo home run como profesional un 5 de septiembre de 1989 , apenas tres días después de firmar su contrato con los Atlanta Falcons por cuatro años y 4.4 millones de dólares. Cinco días después, Primetime devolvió para touchdown su primer regreso de patada, convirtiéndose en el único atleta profesional en pegar un HR y anotar un TD en la misma semana.
Dos amores muy celosos
Un inicio prometedor para Sanders en dos deportes, pero algo difícil de mantener. Tras dos temporadas y 71 juegos, los Yankees despidieron a Deion al tiempo que, en la NFL, “Primetime” se hacía cada vez más famoso. En 1991 el GM de los Atlanta Braves, John Schuerholz le ofreció jugar para los Braves y a todo el mundo en Atlanta , incluyendo al head coach de los Falcons Jerry Glanville, le pareció una buena idea mientras no interfiriera con el football.
Así fue entonces que Sanders no sólo jugó, sino que ayudó a los Braves en una campaña en que la que llegaron a la final ante los Minnesota Twins en 1991. Sin embargo, debido a su contrato tenía que reportarse al Training Camp de los Falcons a finales de julio, justo antes de los Playoffs de la MLB. En la NFL, Sanders fue parte fundamental para alcanzar los Playoffs y ganar su primer juego de postemporada desde 1978, aunque fueron derrotados más tarde en la ronda divisional por los Washington Redskins.
Deion Sanders lo tiene muy claro con sus dos amores deportivos: describe al football como su esposa y al baseball como su novia. Si quería ser un jugador de verdad en el diamante, tenía que comprometerse con ese deporte al máximo, por lo que tuvo que renegociar su contrato con los Falcons para permitirse jugar ambos deportes hasta sus últimas consecuencias.
No obstante, tener dos amores siempre termina siendo problemático y en 1992 esta estrategia le traería problemas, Su dedicación al baseball lo llevó a mejorar considerablemente su porcentaje de bateo de .191 a .304, su mejor promedio como profesional, y el éxito de los Braves volvió a convertirlos en serios contendientes al campeonato.
Por esta razón Sanders tuvo que ausentarse los primeros cuatro juegos de temporada con los Falcons, pero con la temporada de este equipo en peligro, Sanders decidió volcarse de regresó al emparrillado, aunque sin renunciar al diamante. A raíz de esta decisión llegó una de las mejores anécdotas del deporte: el fin de semana que Deion quiso jugar dos deportes el mismo día.
La historia de Deion Sanders continúa en la siguiente página.