Reto: A vueltas con el calendario
de Libros.com
Se acaba un calendario y comienza uno nuevo. El término calendario procede de la palabra latina calendars, que designa el primer día del mes en el calendario romano. Ahora es hora de ajustar cuentas con el año que acaba. En este último reto del año solo habrá una situación en la hay que reescribir una de nuestras historias favoritas de Ludus publicadas durante 2022. Puede cambiarse loq UE se quiera, pero siempre ajustando cuentas. Ls versión original aquí: 🏆 RELATO GANADOR 🏆
Halloween, 2022
Los ojos de la niña aún estaban acostumbrándose a la potente luz de la sala. No había dicho nada desde que la pareja de policías, Sam O'Riordan y Sarah Mitchell, la encontraron andando por el arcén de la autopista, la circunvalación M50 de la ciudad de Dublín. Una vez en comisaría, los agentes se hacían bastantes preguntas.
—Me extraña que tras tantas horas, nadie haya denunciado su desaparición. Tendrá familia, digo yo —comentó O'Riordan. —La tiene —contestó Mitchell— Mira su disfraz, no le falta ningún detalle. Hasta los zapatos. Cualquier otra niña llevaría unas deportivas para ir a por caramelos por el vecindario. Por no hablar de ese broche. Debe valer un pastón. Créeme, sé de antigüedades, aunque este se vea como si fuese nuevo.
Deirdre les miraba sin comprender. Ella solo hablaba gaélico irlandés y, aquellas personas hablaban en inglés a unas cosas rectangulares que emitían luz, sonidos y vibraban. —Es una lástima —dijo O'Riordan— tendremos que llamar a asuntos sociales. No podemos tenerla aquí por mucho tiempo si nadie la reclama. Sarah Mitchell se acercó a la niña. Le había sacado un chocolate de la máquina de café y le había traído un sándwich de atún, lechuga y mayonesa. Deirdre miró lo que Sarah le había dejado en la mesa y después, le dirigió una inocente mirada y esbozó una leve sonrisa. Sus lágrimas ya se habían secado. Entonces una voz llamó a O'Riordan y a Mitchell que, dejaron sola a Deirdre por un momento. Cuando volvieron, cinco minutos después, no había rastro de la niña ni del sándwich, pero sí de un vaso vacío. Se había bebido el chocolate. Y aunque miraron por toda la comisaría y sus alrededores, no la encontraron por ninguna parte.
Samaín, 1572
Ya había caído la noche en Dalkey. Elman y Kean, de trece y once años, llamaban a su hermana pequeña de seis. Se había perdido mientras buscaban setas y estaban muy asustados pensando en su pobre hermana en la fría oscuridad. Pero cuando se disponían a ir al pueblo para avisar a los mayores, Deirdre salió de una cueva a la que llamaban An Uaimh Ama (La Cueva del Tiempo). Llevaba algo en la mano que no habían visto jamás, un sándwich. Al volver a la aldea, su padre y sus tíos se habían preparado para salir en su busca y las mujeres, tenían la preocupación pintada en sus rostros. La madre de los niños salió a abrazarlos y el padre empezó a sermonear al hijo mayor, quien se echó toda la culpa de lo ocurrido. La normalidad volvió rápidamente al pueblo, pues todo quedó en que se habían rezagado cogiendo setas. No contaron que Deirdre había estado perdida. Los tres hermanos compartían una de las dos habitaciones de la casa, donde Deirdre sacó del bolsillo el sándwich. Se lo comieron y acordaron guardar el secreto de la cueva y visitarla juntos más adelante para ver el extraño mundo que Deirdre decía haber visto.