Si la vida es un arte, el ser humano es un artista en complicarse la vida. Entre los agobios cotidianos, las preocupaciones, las envidias, los celos, además somos maestros en el arte de engañarnos para entorpecer éxitos y buenas relaciones. ¿Te suena familiar?
El ser humano es experto en amargarse la vida
Y el arte mejora con el paso de los años porque entre más grande eres las responsabilidades te atormentan y es un “deber ser” complicarte más y más la existencia.
Pero la vida no es compleja, es simple, tan simple como quitarle el caramelo a un niño.
Life is not complex. We are complex. Life is simple,
and the simple thing is the right thing.
―Oscar Wilde
¿Sabías que el 10% de las cosas que te suceden en el día, no las puedes controlar? Pero tienes un 90% de posibilidades en tus manos que no sólo controlas si no que evitarán que te amargues el día.
Para dejar de complicarse la vida, lo primero que debes hacer es darte cuenta de aquello que estás haciendo mal y cambiarlo:
- Deja que sentirte culpable por vivir tu vida. Mientras no le hagas daño a nada ni a nadie, empieza a vivir para ti. Es taaaaaan agobiante tratar de vivir la vida para otra persona, impresionarla y hacer x o y cosas para satisfacerla que te olvidas de lo más importante. Tú. Las relaciones pueden terminar en un instante y la única relación para el resto de tu vida eres tu mismo.
- Deja de competir con todos. Al competir con los demás sólo te hace amargado. Compite con tu mejor versión. Tú eres el único que se podrá vencer.
- Deja de procastinar. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Decisiones, acciones, tareas, sueños, la vida está hecha para actuar. Tan simple como eso. Decisiones buenas o malas, sólo tómalas.
- Deja de atormentarte. El pasado no lo puedes cambiar y lo único que hace es preocuparte el presente y arruinarte el futuro.
- Deja de juntarte con gente tóxica. No te sientas culpable por decirles adiós. No importa si es tu pareja, compañero de trabajo, amigo de la infancia, familiar o un nuevo conocido. No puedes darte el lujo de permitir que la gente te cause dolor o te hagan sentir inferior. Bye Bye a los vampiros emocionales.
- Deja de ser drama queen. No pierdas el tiempo hablando de los problemas de los demás y aléjate de las personas que tienen dramas innecesarios. Si vas a hablar de alguien, habla de lo bueno que sabes.
- Deja de complacer a todo el mundo. Es imposible, pero lograr que una persona sonría suma y mucho. No podrás cambiar el mundo pero si su mundo. Así que céntrate en los pequeños detalles que hacen la diferencia.
- Deja de culpar a los demás. Acepta tus responsabilidades. Eres dueño de tu destino y esa chica que no soportas, no tiene la culpa de que tu día vaya mal.
- Deja de decir Sí a todo. Aprende a decir NO. Céntrate en una sola cosa a la vez y hazla bien. Es mejor no tener el día repleto recuerda que hay imprevistos y es mejor tener tiempo para resolverlos.
- Deja de sentirte importante porque no tienes tiempo de nada. Tener la agenda llena no significa que seas productivo.
- Deja de compadecerte. Perdona y aprende de tus errores y sigue adelante.
Dejar de complicarse la vida es fácil, toma el control y actúa. ¿Qué puedes hacer hoy para simplificar tu día?