Ya bastante tarde y a penas se podía ver con claridad, pero aquel niño insistía en querer terminar el agujero donde iba a plantar el que iba a ser su primer árbol. Su padre, que siempre estuvo presente, le ayudó a concluir la tarea antes de que les abrazara la noche y le dijo – Ya sólo te quedan dos cosas por hacer en tu vida – . Ese niño era yo y no estaba preparado para entender el alcance del sabio proverbio chino. Muchos años más tarde, justo el día que nació mi hija Emely, mi mente se trasladó a aquel momento junto a mi padre y entonces me di cuenta que ya sólo me quedaba escribir un libro. Pero también me di cuenta de otra cosa; que para poder escribirlo antes iba a tener que cambiar mi vida. Y así fue.
Hoy después de haber recibido los primeros ejemplares de mi libro Deja que suceda, he llegado a comprender el alcance del proverbio chino. No se trata simplemente de conseguir los tres logros de forma individual sino de entender que cada logro corresponde a una actitud distinta hacia la vida. Una actitud que nace desde dentro y que corresponde a etapas en la propia evolución espiritual de las personas. Dicho proceso de evolución puede dar como resultado que plantes un árbol, que tengas un hijo o que escribas un libro, pero no es estrictamente necesario que así sea. Y vicecersa. No por haber logrado las tres cosas va a implicar que ya has pasado por las tres etapas que representa cada logro.
Pues sí, ya lo sabes. Mi libro ya está aquí y quería compartirlo contigo.
Hasta pronto
Luis
Deja que suceda: Todo lo que “ella me contó sobre la vida Editorial Creación Disponible en www.luisoterodelarosa.com y en tu librería Leer más sobre el libro Comprar el libro