Miriam García presentó Des-Asíntota en Robledo de Chavela
No es fácil llenar una sala para una presentación literaria, hacerlo con un poemario es aún más complicado y hacerlo en un municipio de la Sierra Oeste parece, en ocasiones, una misión totalmente imposible. Sin embargo, la robledana Miriam García lo ha vuelto a conseguir. Y es que, un año después de la primera puesta en escena de su primer poemario publicado, Des-Asíntota, Miriam presentó en su pueblo, Robledo de Chavela y lo hizo ante las más de 50 personas que repletaron el salón de plenos del consistorio local.
La organización del evento corrió a cargo de la Asociación Cultural La Peña, en colaboración con el ayuntamiento y contó con la participación de los poetas Elina Pereiro y Alberto Infante, que recitaron algunos de los versos de la jovencísima escritora y llenaron la mesa de presentación con sus preguntas y aportaciones. Al violín, como fondo poético excepcional, el también muy joven Santiago L. Daneiko, que finalizó el acto con una interpretación muy afortunada del Primer violín de Passacaglia de Muffat. Para completar el elenco, Javier Fernández se encargó de realizar una entrevista y de dar paso a las intervenciones de todos los que así lo requirieron.
Miriam empezó nerviosa pero pronto demostró que está a la altura de su creación y de que es muy capaz de sobreponerse a sus propios nervios y emociones para transitar durante poco más de una hora de poesía y tertulia que concluyó con la práctica finalización de la segunda edición de un poemario que ya grita por una tercera y que nos deja a todos los lectores con una pregunta en la garganta, ¿para cuándo el próximo?
De momento, mientras Miriam vive a manos llenas y deja que esas vivencias se posen para ponerse a escribir de nuevo, tendremos que conformarnos con leer y releer este primer poemario que nos ha dejado ver, en el que encontramos a una mujer que es muchas mujeres, que tiene ansia de vivir, de disfrutar, de viajar, de amar… y que ha tenido el valor de mostrarnos buena parte de su alma a través de sus versos. En Robledo de Chavela, una vez más, Miriam ha sorprendido a propios y a extraños, ha calado a fondo con su poesía y ha vuelto a demostrar que la literatura no es algo de jóvenes o de mayores, es algo que tiene mucho más que ver con la pasión, con la energía y con el valor para enseñar a los demás todo lo que se apega a tu alma.