Hoy Rosa Esther se cuenta entre las que lograron liberarse de esa agonía. “Sí se puede”, afirma, antes de contar su historia al equipo de elCaribe que la visita a su lugar de trabajo. “Hay que enfrentar la situación con firmeza y perseverar. Una vez que te decides no puedes echar para atrás”, agrega.
La joven, de 29 años, sostiene que el primer paso es reconocer el problema y buscar ayuda. Ella acudió a la Fiscalía de Baní a poner la denuncia y, como no actuaron rápido, se dirigió a una Unidad de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales en el Distrito Nacional y, también, al Ministerio de la Mujer, donde recibió asistencia legal y médica gratuita. “A mi hijo y a mí nos llevaron a una casa de acogida, ese lugar para nosotros fue el cielo”, dice.
“Allí duramos 17 días. Se encargaron de acompañarme a las audiencias, del divorcio y darme fuerzas para no aceptar nunca más ningún chantaje”, especifica Rosa Esther, que para esa época tenía 25 años.
Advierte que el trayecto hacia la justicia no es fácil, porque el agresor continúa hostigando y algunos familiares intervienen para persuadirla de que retire la denuncia. “La decisión principal es de la persona que está recibiendo maltrato intrafamiliar, de pedir ayuda y decidir decir ‘es hasta hoy, denunciare a mi agresor’. De todo lo otro se encargarán las autoridades…. Para ver la gloria debes tomar decisiones y el que no te maltraten de ninguna forma es una gloria”, dice.
Natividad López, titular del departamento de No Violencia del Ministerio de la Mujer, explica que existe una cifra muy alta de mujeres que no denuncian porque el miedo las paraliza. Además, de acuerdo a los casos que han trabajado, cuando la víctima toma la iniciativa es porque lleva varios años aguantando golpes de su pareja.
Apunta la psicóloga que es preciso desmontar de la sociedad la creencia de que “en pleito de marido y mujer nadie se mete”. “Claro que hay que inmiscuirse, porque eso deja de ser un problema personal y se convierte en un problema en el que todos debemos participar para erradicarlo”, dice.
Sergia Galván, directora de la Colectiva Mujer y Salud, cita entre las consecuencias que genera la violencia, el ausentismo laboral, el aumento del riesgo de la víctima a contraer enfermedades de transmisión sexual y la desintegración familiar. Además, causa daños a la salud emocional de los familiares cercanos a la víctima.
Marisol (nombre ficticio), de 27 años, narra que mientras vivió unida a un hombre que la agredía, su madre enfermó de los nervios. Ella decidió alejarse de su familia por miedo a que fueran afectados. “Recuerdo que la gente me huía, si me acercaba a un grupo se desbarataba, porque la tenían miedo de que se apareciera mi expareja a golpearme. Me sentía rechazada”, cuenta esta madre de dos hijos, liberada hace un par de años de la situación de violencia a la que estuvo confinada por casi un lustro.
El hombre agresor
Rosa Esther recuerda que su expareja era muy celosa, le controlaba su forma de vestir y de actuar. “Siempre buscaba un motivo para celarme, para él mis compañeros de trabajo eran mis amantes. No le gustaba que yo visitara a mi familia, me quería tener aislada. Me llamaba a cada rato y me amenazaba con hacerle daño a mi familia”, detalla.
También, indica, le gritaba insultos que afectaban su autoestima y se burlaba de sus pequeños logros personales.
La ministra de la Mujer, Alejandrina Germán, indica que la mayoría de las víctimas de feminicidios son jóvenes de estratos muy humildes que no tienen los medios para sostener su hogar económicamente y tampoco tienen la responsabilidad de dirigir una familia.
La gran parte de las jóvenes muertas a manos de su pareja o expareja tiene edades que oscilan entre los 15 y 35 años. Germán abogó porque se fomente que la mujer sea autosuficiente, que se prepare académicamente lo más que pueda, de manera que pueda acceder a un mejor empleo.
“Liberarse de la violencia depende mucho de su independencia económica, vemos cómo la mayoría de las víctimas de feminicidio dependen del hombre en ese sentido”, sostuvo la funcionaria.
En tanto, la directora del Centro de Servicios Legales para la Mujer, Maris Lucila Lara, expone que debido a la falta de respuestas positivas y a tiempo de parte de la Justicia y la Policía Nacional muchas mujeres abandonan su denuncia. “También puede darse por miedo, por las amenazas de familiares del victimario o por su propia familia, que no evita que el problema siga, por el contrario lo agudiza”, dice.
Criticó que los plazos para citar al agresor se extiendan hasta por tres meses, lo aumenta el riesgo de muerte en las futuras víctimas. “Todo esto se da porque nuestras mujeres no cuentan con los recursos para pagar a un alguacil que entregue la cita y asumir otros gastos”.
Ellos también sufren violencia
Estadísticas de la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia del Distrito Nacional, reflejan que el 86.5% de las denuncias corresponde a mujeres que se querellan contra sus agresores, mientras que el 14.5% está relacionado a hombres que dicen ser víctimas de violencia, pero cuando se investigan esos casos, sólo un 3% son verdaderas víctimas.
El resto de los casos corresponde a violencia reactiva, es decir, que es la respuesta de una mujer que ha sido sometida a maltratos y ofensas de parte del hombre y ha llegado a la desesperación.
"No puedes permitir que una persona lleve el rumbo de tu vida. Hay que enfrentarlo con una decisión real”
Rosa Esther De Jesús
Liberada de Violencia
Un hecho reconocido a nivel mundial
La trágica muerte de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, por parte del régimen de Rafael Leonidas Trujillo, ocurrida el 25 de noviembre de 1960, motivó que la Asamblea General de las Naciones Unidas declarara esa fecha como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El 17 de diciembre de 1999 quedó instaurada esa conmemoración, mediante la resolución 54/134.
La ONU invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en este día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto a ese problema. Las jóvenes eran oriundas de Salcedo, hoy provincia Hermanas Mirabal, donde se encuentra un museo, establecido en la que fue su casa paterna.
Convocan a una concentración
Con motivo de la celebración del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, organizaciones de mujeres y de la sociedad civil convocaron hoy a una concentración en el Parque Independencia.
La Colectiva Mujer y Salud lamentó que el país sufra “un incremento sin precedentes en los casos de violencia de género, con más de 200 feminicidios en lo que va de año y más de 64,000 denuncias de violencia intrafamiliar”.