¿Dejar de decir “muy bien”?

Por Criandocreando

 

En este tiempo en el ámbito de la crianza, respetuosa, con apego, consciente, o el titulo que le pongamos, me he encontrado muchas veces con los artículos que mencionan el no usar el “muy bien” con los hijos y quisiera comentarte mi opinión al respecto.

Hace tiempo lo leí, en un capítulo de “Cómo hablar para que los niños escuchen” (excelente libro y muy recomendable aunque ese capítulo me saltó un poco ) y vi artículos aquí y allá al respecto en inglés y de algunas blogueras que seguía en ese entonces, me llamó la atención el tema y pensé que tal vez yo estaba cometiendo algún error.

Así que un día me decidí a dejar de usar el “muy bien” y cambiarlo por los conceptos que leí en varios de esos artículos; así que un día mi hija mayor, que en ese entonces tendría 4 o 5 años me llevó un dibujo, normalmente le decía que me encantaba, que estaba genial y lo colgaba del refrigerador, pero esta vez decidí hacer como decían los artículos que habían leído, y le dije : “veo que te has esforzado mucho y lo coloreaste sin salirte de la raya” (que por que había que enfocarse en las características del dibujo y no solo decir “muy bien” ).

La cara de mi hija fue todo un poema, se me quedó mirando fijamente y me dijo “¿te gustó o no te gustó??” e inmediatamente le respondí “es precioso nena”, colgué el dibujo en el refrigerador y santo remedio.

El punto central es que puede que algunas personas usen los halagos para manipular “yo se que eres muy buena y nunca me decepcionarás” “Como tu eres la mas bonita me vas a obedecer ¿verdad?” efectivamente este tipo de actitudes pueden poner excesiva presión en los niños e influir en su autoestima y su motivación. Pero también el evitar halagos sinceros puede resultar artificial y complicar la comunicación con nuestros hijos.

Los niños son personas, no son una tesis de grado para demostrar tal o cual teoría. Y no me imagino a mi esposo diciéndome frente a la cena que me pasé la tarde haciéndole “Veo que la pimienta y la sal están en el punto exacto y la salsa tiene una textura uniforme”  o a mis hijas diciéndome “me parecen aceptables los regalos que trajeron los Reyes” por ejemplo.

Los halagos o los premios no se deben utilizar para moldear actitudes o comportamientos, tampoco lo contrario que son los castigos, al final todo esto resulta contraproducente, pero no podemos tampoco adoptar un lenguaje neutro y estudiado o que no sea natural para nosotros, por que nuestros hijos lo notarán inmediatamente.

Si amas a tus hijos, debes decírselo, si te enorgullece algo, exprésalo, si los amas sólo por que existen no te reprimas, a las personas nos gusta sentirnos amadas, apreciadas, reconocidas y parte de algo, los seres humanos somos seres sociales, nos gusta sentirnos amados y apreciados por quienes somos, no escatimes halagos sinceros ni demostraciones sinceras de cariño que no vayan con tu personalidad o forma de ser, los niños lo notarán de inmediato.

Y necesitamos aprender a sacar de libros y artículos lo que aplique en nuestro caso, ningún libro tiene los diez mandamientos de la crianza, y ningún experto o “gurú” puede dar consejos que apliquen a todas las situaciones.

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