La historia del velo en la Danza del Vientre no es tan larga como podría imaginarse. Es un elemento que añade un misterio y un aire de sensualidad, sin ningún significado religioso su función es estética. Su imagen nos evoca un harén donde las mujeres más bellas e inalcanzables bailan ante los sultanes, pero la verdad difiere un poco de esta imagen.
Es en el siglo XX cuando muchos fotógrafos comienzan a retratar a mujeres bailando con velos. En realidad, muchas de esas mujeres no eran bailarinas, ni estaban bailando, posan ante la gran demanda de compradores europeos que buscaban el morbo de un baile que consideran con alto contenido sexual. Muchas de esas mujeres eran explotadas y utilizadas como objetos sexuales a cambio de un poco de dinero.
La Danza del Velo tal y como la conocemos en la actualidad, surge en 1940. La bailarina rusa, Ivanova fue contratada por el Rey Faruk de Egipto para dar clases a sus hijas. Ivanova adoptó posiblemente esta práctica de las danzas caucasianas de Azerbaiján. Fue la bailarina Samia Gamal, alumna de Ivanova, la que la dio a conocer en el mundo gracias a su extensa carrera en el cine.
Se utiliza para hacer la entrada en el escenario, dejando el velo y continuando la coreografía o para realizar la coreografía completa con velo o con doble velo. En Egipto se utiliza para hacer la entrada en el escenario, no esta bien visto utilizarlo durante toda la coreografía, considerado el velo como algo sucio y demasiado provocativo, el público no se siente incomodo.
Existen velos de diferentes materiales: gasa, seda, organza. Unos tienen más caída que otros y varían su peso.
La elección depende del tipo de coreografía y por supuesto de las preferencia de la bailarina. El tamaño dependerá de la altura de la bailarina, lo normal es entre 2,50 a 3 metros de ancho y de 1,10 a 1,50 de alto. Lo ideal es que sobren unos 20 cm de cada lado, aproximadamente y que quede a la altura de la rodilla, o justo por encima, menos queda feo, y más la bailarina se puede matar al pisar le, salir rodando y eso si que queda feo.
Para utilizarle, se pasa por detrás, como si nos tapásemos con una manta, le sujetamos con los dedos pulgar y corazón haciendo pinza, estiramos los brazos en cruz y con el velo por encima de nuestros hombros juntamos los brazos al frente, volvemos a separar los brazos y dejamos que el velo caiga de nuestros hombros, el velo estará en la posición correcta para bailar.
Se pueden hacer infinidad de movimientos con el: envolverse con el velo, destaparse, movimiento de cascada, de tormenta de diamantes, la mariposa, el sobre, tormenta de arena, molino, la ofrenda... Uno de mis favoritos es el vestirse con el velo cruzado por delante e ir desvelando poco a poco, no hay nada que me parezca más sensual y elegante, casi sublime en la Danza del Vientre. Para los mal pensados, debajo siempre habrá ropa, un bonito y bello traje de Danza Oriental.