Una de las cosas que más me llaman la atención en mis viajes a Japón son los dekotora, cuando vas conduciendo de noche por la carretera y de repente una feria de luz y de color se acerca a tu coche como si un fuera un ovni.
El dekotora surgió en los años 70 y se basa en la decoración un poco extravagante de camiones con cientos de luces, neones, cromados y pinturas con motivos asiáticos muy elaboradas en los trailers.
La mecha por esta afición se prendió gracias a unas películas de televisión producidas por la Toei llamada Torakku Yaru dónde se narraban las aventuras de un camionero que viajaba con su camión por todo Japón.
Con el paso de los años se ven cada vez diseños más extremos, los cuales a veces pienso que no son muy adecuados para circular ya que con tanto cachibache ganan mucha más longitud y altura de lo normal para ser conducidos cómodamente.
Una de las normas para pertenecer a las asociaciones de conductores de dekotora es que se utilice el camión para trabajar y que siempre esté brillante y limpio.