A partir de aquí, el despropósito empezó a hacerse sangrante: se decidió ir a la Ciudad Deportiva, a dos kilómetros del campo, a buscar una portería. Una vez allí, no había nadie en las instalaciones (todos los empleados estaban en el Bernabéu), por lo que Agustín Herrerín, ayudante de Casabella, entonces delegado del Madrid, decidió saltar la oxidada valla de seguridad, rompiéndose los pantalones, y, por poco, algo más sensible. Dentro, se encontró a un camionero cenando, y le propuso pagarle “lo que sea” (al parecer, fueron 85.000 pesetas -510 €-) para que ambos llevaran la portería al estadio. Éste aceptó, pero había que superar otra valla más (Herrerín debió soñar con vallas esa noche), que el camionero derribó con su vehículo.Sin obstáculos de por medio, subieron una portería de entrenamiento al camión, y salieron pitando hacia Concha Espina.Mientras todo esto sucedía, los alemanes presionaban, sin resultado, al árbitro del partido, el holandés Mario Van Der Ende, para que suspendiera el partido (días más tarde, incluso reclamarían que le dieran el partido ganado por 0 a 3 debido al incidente). A las 21:45, la portería de recambio entraba al campo, donde, debido a su naturaleza, tuvo que ser atada y fijada por todos lados (cuentan que, antes, Van Der Ende comprobó la estabilidad del marco con un golpe, tras el cual éste se tambaleó). A las 22:01, una hora y cuarto después de la hora oficial (en el partido Bulgaria-Alemania del mundial de fútbol de 1994 se reemplazó una portería en seis minutos), se inició el partido,que acabó ganando el Madrid por 2 a 0, con tantos de Morientes y Karembeu"
Del apagón de vallecas a la portería rota en el bernabeu: "si no estás libre de pecado no tires piedras al vecino"
Publicado el 24 septiembre 2012 por Jmporense @futbolbaseymasA partir de aquí, el despropósito empezó a hacerse sangrante: se decidió ir a la Ciudad Deportiva, a dos kilómetros del campo, a buscar una portería. Una vez allí, no había nadie en las instalaciones (todos los empleados estaban en el Bernabéu), por lo que Agustín Herrerín, ayudante de Casabella, entonces delegado del Madrid, decidió saltar la oxidada valla de seguridad, rompiéndose los pantalones, y, por poco, algo más sensible. Dentro, se encontró a un camionero cenando, y le propuso pagarle “lo que sea” (al parecer, fueron 85.000 pesetas -510 €-) para que ambos llevaran la portería al estadio. Éste aceptó, pero había que superar otra valla más (Herrerín debió soñar con vallas esa noche), que el camionero derribó con su vehículo.Sin obstáculos de por medio, subieron una portería de entrenamiento al camión, y salieron pitando hacia Concha Espina.Mientras todo esto sucedía, los alemanes presionaban, sin resultado, al árbitro del partido, el holandés Mario Van Der Ende, para que suspendiera el partido (días más tarde, incluso reclamarían que le dieran el partido ganado por 0 a 3 debido al incidente). A las 21:45, la portería de recambio entraba al campo, donde, debido a su naturaleza, tuvo que ser atada y fijada por todos lados (cuentan que, antes, Van Der Ende comprobó la estabilidad del marco con un golpe, tras el cual éste se tambaleó). A las 22:01, una hora y cuarto después de la hora oficial (en el partido Bulgaria-Alemania del mundial de fútbol de 1994 se reemplazó una portería en seis minutos), se inició el partido,que acabó ganando el Madrid por 2 a 0, con tantos de Morientes y Karembeu"