Del cacao, chocolate, y del copoazu…chocoazu

Por Magdalena
Por Raquel González Setien
En febrero, en Chocoa, la feria de chocolate y cacao sostenible que tuvo lugar en Amsterdam, hubo cantidad de puestos con muchísimos pequeños productores de chocolate bean to bar (y no tan pequeños) de todo el mundo .Destacaba notablemente la presencia latina, cosa que por una parte es lógica, siendo varios países de Latinoamérica grandes productores de cacao fino, y de hecho, siendo la cuna del cacao.Hubo muchas empresas tanto de cacao como de chocolate ecuatoriano, venezolano, jamaicano,nicaragüense, colombiano, peruano…pero una empresa de este último país contaba con algo que nadie más tenía entre varios de sus otros chocolates…su “joya de La Corona” era el chocoazu, un “chocolate” elaborado con un pariente amazónico del cacao…el copoazu.
El copoazu(Theobroma grandiflorum mientras que el cacao es Theobroma cacao) es una especie de cacao amazónico que se puede encontrar en países como Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia, en los bosques de la cuenca amazónica. Realmente, a diferencia del cacao, que tiene una proporción grande de semillas en relación a la pulpa, en el caso del copoazu, la mayor importancia del fruto es la pulpa, que representa el doble que lo que suponen las semillas. Esta pulpa se usa para elaborar bebidas, licores, compotas, gelatinas, dulces…etc, lo cual supone una ventaja en relación a la pulpa del cacao, que prácticamente no se usa para nada, aunque es muy rica(en algunos casos se hace una especie de mermelada, y, también, por supuesto, sirve para chupar alrededor de las semillas de cacao, por su sabor a fruta tropical).
Y de las semillas, de las cuales aproximadamente un 45% es grasa, una grasa beneficiosa, y gran parte de proteínas, se extrae la grasa, o se produce copulate(suena raro) o lo que también se ha comercializado como chocoazu, algo muy similar al chocolate,y al mismo tiempo completamente diferente. 
La manteca de las semillas de  copoazu tiene unas propiedades increíblemente suavizantes para la piel, así como anti inflamatorias, lo cual también lo ha convertido en un fruto muy interesante para la industria cosmética .
En cuanto al sabor, yo tuve la ocasión de probar el producido por la marca Cocama, de la región de “Madre De Dios”, en Perú, y el recuerdo me fue inmediatamente a la lúcuma, una fruta de diversos países latinoamericanos que se usa mucho no tanto comida sola, sino en la fabricación de helados y batidos, y un tanto difícil de comparar con alguna fruta de las que comemos por aquí realmente…también tenía muchos matices similares al regaliz negro, la malta y la melaza, con una textura firme pero muy cremosa al mismo tiempo…no se parecía mucho al chocolate al que estamos  acostumbrados, ni en sabor ni en consistencia, siendo, eso si, único e incomparable.
Desgraciadamente, no se comercializa aún en Europa, por lo cual me vi en la necesidad de comprar unas cuantas tabletas para uso propio y de allegados, pero esperemos que pronto se pueda conseguir aquí. Si tienen ocasión de probarlo…no lo duden. 
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