-Desde mi condición te puedo ayudar, yo fantasma de todo egoísmo te voy a confesar qué sólo me importo yo y me da igual la humanidad-. No es insensata la estimación de que en la gente prima la persecución de sus propios intereses. Sin embargo, YO, El Egoísmo tiendo a tener un paradigma más amplio: te hago creer que el conocimiento te pertenece, que fuiste luz y origen, ¡eres único!, tesoro que se debe enterrar, (te lo robarán, no es justo, sólo a ti te pertenece la divinidad) pero te he de confesar, inevitablemente así morirá, ya que el conocimiento odia la obscuridad.
Lo que no sabes es que mi núcleo es esencialmente el miedo, el miedo a perder algo que en sí no se considera propio, finges, finjo, que lo tienes y me pertenece. Sé que me has sentido muchas veces, me disfrazo de extrema sabiduría, si lo comparto con alguien tan bajo se manchará, ¡No, no me malentiendas quiero lo mejor para ti, pero no mejor que yo!, ¡No llegues antes, porque en el fondo no soy tan altivo como aparento! Pero el humano es tonto no se da cuenta que el crecimiento radica también en el entorno, que no es sabio, que necesitara de sus pares para transformarse, construirse y conocer más. Pero mejor me callo para que los egoístas no se den cuenta.