Beato Mahomed Muley Abdalá (Pablo de Santa María), converso y religioso mercedario. 22 de febrero. Sobre este peculiar santo, musulmán convertido, no se conoce mucho, salvo noticias que hallamos en la “vita”, bastante legendaria, de San Pedro Nolasco. Según esta, Muley era pariente de Abenjason, rey de la villa de Niebla, perteneciente al reino de Sevilla. Era versado en artes, magia, medicina, astrología y conocía las Escrituras cristianas. Una vez reconquistada Sevilla en 1248, entraron en la ciudad algunos frailes mercedarios, de los que tuvo noticia pronto. Al conocer Mahomed el estilo de vida de los mercedarios, como se sacrificaban por la conversión de los otros, por el rescate de los cautivos cristianos, se admiró muchísimo y quiso conocerles. Una vez que vio su ejemplo de caridad, reconoció que no había en el mundo ley más grande y divina que aquella de Jesucristo, que mandaba a los religiosos a entregarse del todo a los demás. Quemó sus libros y artilugios, se instruyó en la fe cristiana y cuando estuvo listo para ser bautizado, viajó a Barcelona, donde se entrevistó con San Pedro Nolasco (29 de enero y 6 de mayo). Este le bautizó con el nombre de Pablo y le admitió en la Orden con el sobrenombre “de Santa María”. Algunas crónicas dicen que como caballero, pero siendo converso musulmán, lo más certero es que haya sido como hermano donado. Luego le destinó al Hospital de San Lázaro, en Zaragoza, donde luego de una vida entregada a los enfermos y pobres, falleció santamente. Fuente: -“Vida del Glorioso Patriarca San Pedro Nolasco”. R. P. Fr. FELIPE COLOMBO, O.M. Madrid, 1769.