Del Nicho al hecho

Publicado el 24 septiembre 2013 por Darioalex

A Deisi y Totó, por la hospitalidad

Por: Darío Alejandro Escobar.

Fotos: Joel Tejeda y Alba León Infante.

Con pocas ganas me incluí en la expedición, estaba cansado,  no quería subir montañas, para peor la cosa, la bella sinceridad de Carlos Melián no daba buenas referencias del lugar, en fin, que mi ánimo no acompañaba la iniciativa,  pero la insistencia de mi novia y esa curiosidad siempre latente de lugares desconocidos, me lanzaron hacia El Nicho.

El sitio es visualmente espectacular, para nada incómodo, excepto por los mosquitos. Allí tuvimos la suerte de encontrarnos con una señora y su hijo que nos alquilaron la sala de su casa por un precio ridículo y nos abrieron la puerta, sin cerrarla nunca más.

Gente dulce tiene este país, si alguien me preguntara por las mejores características del cubano, yo diría primero que la alegría, y segundo la hospitalidad.

El grupo era guerrillero, casas de campaña, cazuelas, parrillas, muy bien equipado, pero todo habría sido inútil si Deisi y Totó no nos hubieran hecho el favor, porque justo cuando llegamos cayó un aguacero de los buenos, de los que caen con ganas, de los que le sacan el vapor a la carretera y el que, muy probablemente, hubiera hecho un pantano de nuestro iluso campamento.

Allí estuvimos tres días y dos noches geniales, donde quizás es cierto que faltó una guitarra, pero en nuestra ayuda  asistió la buena conversación, la polémica útil, el aire puro, la inquietud nacional y la graciosa zozobra de buenas amigas ante el inminente paso a la vida proletaria.

Del paisaje natural, increíble, con 35 grados Celsius a temperatura ambiente el agua de las pozas te parte el espinazo de lo fría que está, incluso a veces se siente dolor, pero mucho colorido,  sendero placentero de caminar -una bicoca comparado con el Turquino- con saltos de agua preciosos, algunas cuevas, pero todo muy cortico y, muy cierto Rafa -por lo menos en esto te doy razón-,  con demasiada gente.

Por el Nicho anduve, y después caminé Cienfuegos, ciudad –ufff- linda como ninguna otra, pero esa es ya otra historia, aquí les dejo algunas fotos para que se embullen, porque del Nicho al hecho, señores, no hay tan buen trecho na´.