Del oasis catalán a la putrefacción

Publicado el 16 marzo 2013 por El Patíbulo

Publicado el 16 marzo, 2013 | por Javier Saá

En la política española no es una novedad el uso de dossieres sobre adversarios políticos, pero en el caso catalán lo que clama al cielo es la magnitud, ya que las investigaciones demuestran que el espionaje se daba entre todos los partidos. Ese es el quid de la cuestión. Una sociedad corrupta requiere que todos los delincuentes sean conscientes de los chanchullos del enemigo, para garantizar el silencio de todos. Es el modelo de la mafia, tan propio de la película Uno de los nuestros. Lo peor del caso es que es una trama urdida desde las más altas esferas de la política catalana, justo después de las informaciones que acechaban a los hijos del clan Pujol. Por eso admite una doble lectura.

Los de CIU saben de los procedimientos del tripartito, de tal forma que esto se cierra en falso, para preservar la impunidad de los fontaneros de las principales fuerzas políticas de Cataluña. Para ello han filtrado la conversación de Sánchez Camacho y la ex de Jordi Pujol Ferrusola, en el restaurante La Camarga.

El espionaje político es un delito tipificado. Las dos técnicas básicas son la infiltración y lapenetración. El primero sería el uso de “topos”, mientras el segundo, tiene que ver con las fuentes informantes, que facilitan información dentro de la propia estructura de poder. Los instrumentos de persuasión son el soborno y el chantaje. El caso de Método 3 implica el uso de las nuevas tecnologías, es una agencia de detectives fundada en 1985 en Barcelona, que presta servicios a nivel nacional.

Con la novela 1984, de George Orwell, publicada en 1949, se introduce el concepto de Gran Hermano. Esta idea desarrollada como todas aquellas actitudes totalitarias, tales como la violación de las comunicaciones, sin orden judicial para fines partidistas. Más propia de regímenes antidemocráticos que de una democracia de corte occidental, donde el Estado se convierte en una maquinaria perfecta de violaciones sistemáticas. Como bien refleja la películaLa vida de los otros, rodada en la República Democrática Alemana, donde el protagonista es un oficial del servicio de inteligencia de la Stasi, la poderosa policia secreta comunista que ninguneaba  los derechos y libertades fundamentales.

Es de extraordinaria gravedad este caso, pues se trata de actividades ilícitas financiadas con el dinero de los ciudadanos. Sin una nueva ley de partidos es imposible pensar otro modelo de país, es sabido que las naciones se gestionan de arriba a abajo. Cuando la élite social es vista como una organización oscura, inmoral, no existe ejemplaridad. Los políticos son mencionados como un problema de primer orden para el ciudadano en las encuestas, casos como el de Método 3 tampoco ayudan a dar una mejor imagen. Por otro lado, evidencia la podredumbre de los principales valedores del soberanismo catalán, al que cada día más se aproxima el PSC.

En definitiva, esto documenta que el nivel de corrupción es tan grande que no se molestan en disimular y se entremezcla lo público con lo privado. El antes llamado oasis catalán se ha convertido en un lodazal, ya se sabía. Pero proviene de una estrategia de Convergencia, que plantea una amenaza velada a sus rivales. Silencio por silencio, al mismo tiempo que buscar unidad y fuerza para judicialmente hacer un mismo frente contra las embestidas del Partido Popular. No es casual que se haya usado a la Presidenta del PP en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho en esta componenda.

Son conscientes de que están rodeados. Demasiados años ejerciendo el poder de manera despótica desde el Palau de la Generalitat. La familia Pujol no tiene escapatoria, irán a la cárcel antes o después, ya que hay demasiados indicios. En todo caso, el desgaste político es muy fuerte, hay un descrédito evidente de estos independentistas de nuevo cuño. Han fracasado, en el sentido de que no se puede ejercer de patriota y al mismo tiempo enriquecerse y mandar a paraísos fiscales cantidades multimillonarias con origen dudoso.

Oriol Pujol está a un paso de la dimisión y de ser imputado. Es el fin de una era. Estamos en el el siglo XXI y no hay cabida para el caciquismo. Del oasis catalán al lucro más escandaloso, a la putrefacción. Romper con estas prácticas costará tiempo, pero no hay más remedio. La crisis succiona a aquellos que no quieren renovarse, hacer de España un país más comprometido con la verdad y el respeto a las leyes.