Del poema de cada día. Hoy, Axis Mundi, de Chantal Maillard (1951)

Por Harendt

AXIS MUNDI

Desciendo

desciendo al cuerpo y veo

la lombriz de mi espíritu

alojada en mi vientre.

Subo, subo en espiral

hacia el motor del mundo

huyendo

huyendo del mareo

del mal de ser sola

tan sola entre las vísceras

subo al latido

me alojo

en su arritmia y descubro

mi rostro de lombriz

adherida a las válvulas

y asciendo

sigo ascendiendo en busca

de una razón que diera

sentido a mi existencia

me deslizo en la tráquea

bloqueo las palabras

asciendo

resbalo. Hay un agua

viscosa tras los ojos

resbalo y se me pegan

imágenes de un mundo

apenas insinuado

asciendo y al llegar

a la cúpula descubro

que sus paredes lisas

transparentes, vacías

tienen la textura

carnosa de mi vientre.

He bajado al espíritu

he subido al instinto.

La misma lombriz tensa

el eje que mantiene

erguida mi cintura.

El nombre que le ponga

ahora será el tuyo

pero su nombre es el

de aquellos que he amado

de aquellos que amaré

es todos y ninguno

el eje que mantiene

erguida mi cintura

me previene de ti

te crea a mi medida

y asume el reto

de ser muchos

de ser tantos

que da la impresión

que no cabrá mi espíritu

adentro de este cuerpo

que no cabrá este cuerpo

adentro de mi espíritu

por eso muero un poco

cada vez que te nombro

y sin nombrarte apenas

alcanzo a definirme.

Mi vientre es quien pronuncia

las sílabas secretas

que se inscriben arriba

en la cúpula.

Mi existencia es señal

de un fuego

que arde eternamente

en sí mismo.

Chantal Maillard (1951)

poetisa española