Del poema de cada día. Hoy, Canarias (I), de Nicolás Estévanez (1838-1914)

Por Harendt

CANARIAS (I)

Un barranco profundo y pedregoso,

una senda torcida entre zarzales,

un valle pintoresco y silencioso,

de una playa los secos arenales;

Un cabrero en la cumbre que silbaba,

una bella pastora que corría,

una rústica flauta que llenaba

los riscos y las grutas de armonía;

En el aire reflejos y cambiantes,

en el cielo colores trasparentes,

en la noche luceros rutilantes,

crepúsculos brillantes y esplendentes;

Un gallardo mancebo en la montaña

que las cabras monteses perseguía

en la cima del monte una cabaña

y un torrente que al valle descendía;

Tales fueron los goces fugitivos

de cien generaciones ignoradas;

éstos fueron los cuadros primitivos

de las risueñas islas Fortunadas.

NICOLÁS ESTÉVANEZ (1838-1914)

poeta canario