Hace nueve años Pixar nos dejó una de sus mejores creaciones, y para muchas personas una de de las mejores cintas de animación de la historia. Esta secuela tenía el listón muy alto, y pese no alcanzar la perfección de su antecesora, sí que resulta ser una grandísima película. Para ello han cogido la misma idea y la han expandido con nuevas emociones y enfrentando a su protagonista humana a un reto vital que le genera conflictos con los que la mayoría de adolescentes y adultos se sentirá identificados. Un tema central muy serio y sobre todo asfixiante, sensación que traspasa la pantalla en una película más oscura, dura y difícil de ver que la primera, y cuyo nivel de acongojamiento va in crescendo conforme se acerca el final. Sin duda Pixar ha sabido dar otra vez con la tecla para remover nuestros sentimientos mientras disfrutamos de una obra que se sitúa en lo más alto de su género.
Mi puntuación: 8/10