Revista Psicología

“Del Revés” o cómo acabar con dos milenios y medio de filosofía occidental en 80 minutos

Por El Baúl De La Psique @bauldelapsique

Cuenta la leyenda que un niño fue a ver “Del Revés” y pudo entender la película.

No quiere decir que los más pequeños no hayan comprendido el mensaje principal del film o que no se lo hayan pasado en grande viendo cómo Bing Bong (el amigo imaginario de Riley) se bamboleaba alegremente en el laberinto de la memoria a largo plazo pero nadie se atrevería a negar que sólo son los mayores quienes sueltan una carcajada cínica cuando la protagonista entra en su nueva habitación, oscura y desaseada, e Ira comenta por lo bajini que sólo hace falta “el pijama de rayas”, haciendo alusión a los campos de concentración.

Con ayuda de Javier de Felipe (investigador del CSIC) y María Jesús Sancho (psicóloga), Luis Alemany llega a la conclusión de que la nueva película de Pixar es una especie de Alicia en el país de las maravillas del siglo XXI, en la que uno disfruta cada vez más de la obra con el pasar de los años, mientras maduramos y somos más conscientes de nuestro mundo interno. Por ello, no queremos que esta entrada se convierta en un artículo más sobre “lo genial que es Del Revés” (además, ya existen posts excelentes al respecto), sino en una invitación a la reflexión, una manera distendida de preguntarnos cómo percibimos nuestro propio universo psicológico mientras analizamos aspectos interesantes y poco conocidos de Inside-Out (2015).

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Peras al olmo

No son pocos los blogs y artículos periodísticos que han acusado a “Del Revés” de simplista y reduccionista; se critica la postura organicista de la cognición (sobre todo con respecto a las Islas de la Personalidad o los almacenes de memoria) y hay quien se rasga las vestiduras cuando se personifica a las emociones como entidades individuales fácilmente reconocibles. Señoras y señores expertos, puede que le estemos pidiendo peras al olmo, como nos advierte Skip Dine Young. Si tenemos en cuenta que Inside-Out no pretende ser un documental de la BBC, sino un blockbuster para niños, descubriremos que el film tiene mucho más mérito del que creíamos en un principio, sobre todo tras conocer la minuciosidad de los detalles, los debates que plantea y los continuos guiños a la psicología, el arte y la cultura en general:

Las voces: uno de los sellos de identidad más peculiares de Pixar es el cuidado en la selección de aquellos que pondrán voz a sus personajes y es una pena que el doblaje no siempre tenga en cuenta este aspecto; ¿Quién sino Amy Poehler (una de las cómicas más populares de Estados Unidos) para darle voz a Alegría? Los amantes de The Office notaron rápidamente que la voz de Tristeza era la de Phyllis Smith (Phyllis) y que la de Asco sólo podía ser la de Mindy Kaling (Amy), cuyos personajes en la serie americana se caracterizan por las emociones a las que dan vida en Inside-Out. Por su parte, el cómico Lewis Black, con su humor beligerante y expresión de rabia continua, era el candidato perfecto para Ira. ¿Y quién es Miedo? Bill Harder, quien en Saturday Night Live ya nos ha demostrado que los personajes histéricos y neuróticos son su fuerte.

Guiños: algo que también enriquece bastante la película, a diferencia de otras producciones de Pixar, es la cantidad de alusiones que se hacen a aspectos de la cultura occidental: desde la música jazz que suena de fondo mientras Alegría, Tristeza y Bing Bong pasan el filtro del pensamiento abstracto convirtiéndose en obras cubistas, pasando por las cajas de Hechos y Opiniones en el tren del pensamiento, donde Bing Bong dice que no importa dónde colocarlas porque al fin y al cabo a veces terminan siendo lo mismo, hasta los guiños al Psicoanálisis con la caverna del subconsciente, donde residen los miedos más oscuros de Riley.

¿Estereotipos?: en la famosa escena en la que Riley discute con sus padres durante la cena, muchos vieron estereotipos sexistas; Tristeza al mando del cerebro de la madre tratando de empatizar con Riley e Ira dirigiendo las decisiones del despistado padre que termina explotando pero… ¿Refuerza el estereotipo o se ríe de él? También parece interesante el hecho de que, a diferencia de sus padres, Riley posea emociones tanto masculinas (Miedo e Ira) como femeninas (Asco, Tristeza, Alegría) ¿Puede ser una manera de plasmar el desarrollo de la identidad sexual a lo largo de nuestras vidas? Preguntas abiertas, respuestas diversas. A la vista de todo ello, puede que el único punto negro de todo el film sea la caracterización de Tristeza como alguien con sobrepeso y la de Alegría como una persona de figura esbelta, reforzando de manera indirecta la imagen de que nuestro estado anímico depende de lo que marque la balanza.

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A pesar de dicho punto negro, el que una película de animación nos haga reír (tanto a adultos como a niños), plantearnos dilemas y reflexionar sobre nuestra propia psique, nos permite afirmar que “Del Revés” es de todo, excepto simplista. Y si no, atrévase usted a hacer una película taquillera que no sólo recaude dinero, sino que además nos aporte una moraleja tan sublime como la de aceptar nuestra naturaleza emocional tal y como es. El film de Pixar se convierte así en un Érase una vez el cerebro humano moderno, presentándonos una película llena de narrativa científica con tres poblaciones diana: los niños, los adultos y entre estos últimos, los amantes de la ciencia del comportamiento. Por tanto, si tuviésemos que elegir la mejor lección de Inside-Out ¿Cuál sería?

La sombra de Platón

Hace dos mil años y medio aproximadamente, nacía en Atenas un muchacho de espaldas anchas llamado Platón (427-347 a. C.). Siendo ya un anciano, escribiría el Filebo, un diálogo entre Sócrates y Protarco donde se discute la relación entre el dolor y el placer. A partir de entonces y hasta nuestros días, dicha obra ha marcado el dualismo entre la emoción y la razón. El raciocinio como el auriga desesperado que trata de controlar a los desbocados animales del espíritu y el apetito.

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En un interesante artículo del New York Times, los profesores de la Universidad de California, Paul Ekman (sí, el mismo que comparó la expresión facial de varios individuos para arrojar luz sobre la naturaleza de las emociones) y Dacher Keltner, nos hablan de su participación en la película del director y guionista Pete Docter, cómo se emocionaron al recibir la llamada de Pixar para pedir su colaboración en “Del Revés” o cómo tuvieron que descartar la sorpresa de entre los personajes principales. Sin embargo, es curioso notar que al final del artículo, mientras comentan de qué trata realmente Inside-Out, no hablan sólo del rol esencial de la tristeza en nuestras vidas o la multiplicidad de nuestro yo en diferentes circunstancias; para los investigadores estadounidenses el verdadero mérito de “Del Revés” reside en el desafío cultural que supone colocar a las emociones al mando de todo. No hay ningún personaje llamado “Razón”, frío, calculador y correcto. Tampoco existe “Emoción”, impulsivo, desordenado y moralmente cuestionable. Son las emociones quienes organizan el pensamiento racional y además de ello, también participan activamente en la organización de la vida social de Riley.

Esta imagen de las emociones no sólo atenta contra el pensamiento platónico que ha marcado nuestra manera de percibir nuestra psicología en occidente, sino también supone un duro golpe para la psicología cognitiva que divide la cognición, la motivación y la emoción, cayendo en el mismo dualismo absurdo que trata de criticar. La sombra de Platón es muy alargada pero con películas como “Del Revés”, puede que las próximas generaciones dejen de demonizar ciertos aspectos de nuestra psicología humana, integrando cada una de sus partes, construyendo un diálogo que permita expresarnos mejor; dejando del revés nuestros estereotipos y actitudes hacia nuestras emociones.


“Del Revés” o cómo acabar con dos milenios y medio de filosofía occidental en 80 minutos

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