El director coreano Hong Sang-soo se ha propuesto hacer películas con la menor cantidad de elementos posibles. En Delante de ti apenas hay unos tres personajes principales que se mueven en cuatro o cinco escenarios: y es que la película entera se compone de poquísimos planos. Una vez Sang-soo ha plantado su cámara, apenas la mueve ¿Para qué? Esta película está formada por siete u ocho escenas -más o menos- que son simplemente diálogos entre dos personajes. Conversaciones cotidianas de las que debemos extraer el pasado, presente y futuro de los personajes, sus preocupaciones y conflictos. Con un solo giro argumental en todo el guión, la propuesta de Delante de ti puede parecer insuficiente para muchos. Pero creo que hay que valorar lo difícil que es llegar a la esencia de una historia despojándola de efectismos y desdramatizándola completamente. Porque esa forma de narrar también encierra un mensaje. Delante de ti es la historia de Sang ok (Lee Hye-young), una mujer que regresa de Estados Unidos a Corea del Sur para reencontrarse con su hermana y con su sobrino, para revisitar los lugares que forman parte de su pasado y quizás para reemprender viejos sueños abandonados. Ese regreso a los orígenes permite al espectador -si lo desea- una reflexión sobre la vida, sobre las decisiones que tomamos y sobre los sacrificios -siempre los hay- y los caminos descartados. Hong Sang-soo no evita aquí esa figura recurrente en su filmografía del director de cine, bebedor y mujeriego, en el que adivinamos una curiosa intención de reflejarse siempre como un tipo más que cuestionable, lejos del demiurgo que podría ser en un mundo, a fin de cuentas, creado por él. Tanto respeta a sus personajes -y al espectador- que prefiere siempre -con algo de humor- mostrar su peor cara. Entrar o no en la propuesta de Delante de ti depende de cada uno, así como elegimos a los amigos con quienes queremos pasar el tiempo para divertirnos o confesarnos, también es una cuestión de afinidades seguir o no la carrera y la obra de un determinado autor.
El director coreano Hong Sang-soo se ha propuesto hacer películas con la menor cantidad de elementos posibles. En Delante de ti apenas hay unos tres personajes principales que se mueven en cuatro o cinco escenarios: y es que la película entera se compone de poquísimos planos. Una vez Sang-soo ha plantado su cámara, apenas la mueve ¿Para qué? Esta película está formada por siete u ocho escenas -más o menos- que son simplemente diálogos entre dos personajes. Conversaciones cotidianas de las que debemos extraer el pasado, presente y futuro de los personajes, sus preocupaciones y conflictos. Con un solo giro argumental en todo el guión, la propuesta de Delante de ti puede parecer insuficiente para muchos. Pero creo que hay que valorar lo difícil que es llegar a la esencia de una historia despojándola de efectismos y desdramatizándola completamente. Porque esa forma de narrar también encierra un mensaje. Delante de ti es la historia de Sang ok (Lee Hye-young), una mujer que regresa de Estados Unidos a Corea del Sur para reencontrarse con su hermana y con su sobrino, para revisitar los lugares que forman parte de su pasado y quizás para reemprender viejos sueños abandonados. Ese regreso a los orígenes permite al espectador -si lo desea- una reflexión sobre la vida, sobre las decisiones que tomamos y sobre los sacrificios -siempre los hay- y los caminos descartados. Hong Sang-soo no evita aquí esa figura recurrente en su filmografía del director de cine, bebedor y mujeriego, en el que adivinamos una curiosa intención de reflejarse siempre como un tipo más que cuestionable, lejos del demiurgo que podría ser en un mundo, a fin de cuentas, creado por él. Tanto respeta a sus personajes -y al espectador- que prefiere siempre -con algo de humor- mostrar su peor cara. Entrar o no en la propuesta de Delante de ti depende de cada uno, así como elegimos a los amigos con quienes queremos pasar el tiempo para divertirnos o confesarnos, también es una cuestión de afinidades seguir o no la carrera y la obra de un determinado autor.