Volvía mi tocayo a casa y su presencia al frente de la OSPA parece inhalar nuevos vientos independientemente de las obras que dirija pues consigue de nuestra formación colores siempre nuevos así como una simbiósis que sólo unos pocos logran de los músicos.
Dos autores que nunca pueden faltar en las programaciones para solaz de melómanos y forjando el necesario "corpus" de futuros públicos que con esfuerzo se van ganando en la capital del Principado, Gijón o Avilés, como sedes de los distintos abonos.
La semana que viene darán otro "giro de tuerca", pero las bases están asentadas en este romántico, delicado y rotundo noveno de abono.